Estos no son los Dodgers de 1988, ni siquiera están cerca de eso.
Justin Turner tenía entonces tres años y se preguntaba de qué se trataba al ver el cuadrangular de Kirk Gibson en la televisión cuando se encontraba en la casa de su abuela en el sur de California. Clayton Kershaw ni siquiera estaba caminando, y mucho menos trataba de lanzar le curva que Vin Scully bautizó como “Public Enemy “ la primera vez que la vio.
Esto tampoco es el béisbol de 1988, principal razón por la que los Dodgers de Los Ángeles están en la Serie Mundial por primera vez en 29 años.
Hay mucho que celebrar para una franquicia que no ha tenido mucho que celebrar en las últimas tres décadas. Los Dodgers pusieron gran énfasis en el análisis y pusieron un enfoque de vanguardia sobre cómo juegan los jugadores y cómo se desempeñan los lanzadores para finalmente superar la barrera.
Acerca del único momento agridulce es que Scully, quien se retiró la temporada pasada, no estará en el Dodger Stadium,narrando el juego la noche del martes. Al menos no está programado para hacerlo, aunque ¿no sería grandioso pedirle al chico de 89 años que se siente, digamos, en al menos por una entrada?
Scully narró el partido en el que Kirk Gibson pegó el icónico cuadrangulara que le dio a los Dodgers la primera victoria de la Serie Mundial de 1988.
"¡Ella (la bola) se ha ido!" narró Scully al ver el jonrón antes de detenerse por un minuto para dejar que la muchedumbre se manifestara. "En un año que ha sido tan improbable, lo imposible ha sucedido", comentó Scully sobre aquel icónico jonrón de Gibson para ganar el primer juego de la Serie Mundial en 1988.
Antes de que los Dodgers llegaran al bate en la fatídica novena entrada esa noche, el lanzador de los Dodgers Orel Hershiser vio a Gibson enloquecer en “club house” al escuchar a Scully y su compañero Joe Garagiola hablar sobre por qué Gibson no estaba en el dugout y que parecía que no había posibilidad de que entrara a juego.
Los Dodgers de 2017 no necesitaron mucho dramatismo en el camino para llegar a esta Serie Mundial. El juego decisivo fue tan reñido que se decidió en la tercera entrada cuando Enrique Hernández bateó el segundo de sus tres jonrones, con un grand slam que puso a los Dodgers arriba 7-0 en su camino hacia una victoria de 11-1. .
Sí, Enrique Hernández, quien trabajó esta temporada como jardinero de medio tiempo, segunda base, campocorto, primera base y animador de dugout para los Dodgers, jugó en todas partes e hizo un poco de todo antes de brillar en su momento más importante.
No fue por accidente. Ha habido un cambio radical en la forma en que se juega el béisbol, y los Dodgers se han asegurado de estar a la vanguardia.
Este es un equipo creado pensando en la postemporada, lleno de piezas claves y capaces de coincidir en casi cualquier situación. El fuerte bateador Justin Turner, con su barba roja, es la cara del equipo, aunque las estrellas parecen cambiar en cada juego.
Y son estrellas poco probables, por decir lo menos. Chris Taylor ni siquiera estaba en el roster de los Dodgers en los entrenamientos de primavera. Luego emergió como un temible bateador de poder e igualmente se sintió cómodo en el jardín central o en el campocorto y así como MVP de la serie de campeonato de la liga.
Gracias a un proceso de construcción y algunos movimientos astutos de Andrew Friedman, presidente de operaciones de béisbol y el gerente general Farhan Zaidi redefinieron cómo debería ser una lista de sus jugadores.
Local
"Estos muchachos están reinventando el juego", dijo Hershiser, quien ganó dos juegos en la Serie Mundial de 1988 y ahora trabaja para los Dodgers como locutor. "Realmente entienden la teoría de los juegos y cómo construir una lista y jugarla a diario. Se dieron cuenta de cómo darle al equipo la mejor oportunidad de ganar hasta octubre".
Esa mejor oportunidad mejoró aún más con el triunfo de los Dodgers en la serie de campeonato de Liga Nacional en cinco juegos, lo que aumentó el récord de postemporada a 7-1.
La realidad es que los Dodgers están dominando en la postemporada, ya que dominaron gran parte de la temporada regular y con la ventaja de jugar como local contra los Yankees o los Astros.
Seguramente, Vinny estará allí para el primer juego. Tommy Lasorda, el capitán en 1988, también estará en su asiento habitual junto al dugout de los Dodgers.
Lasorda estaba tan decidido a ver a sus Dodgers ganar de nuevo que viajó a Chicago a la edad de 90 para el juego decisivo. El mánager Dave Roberts abrazó a Lasorda y le dijo que la victoria era para él.
"Tengo sangre azul de los Dodgers como tú", dijo Roberts. "Gracias, Tommy".
Pero no, estos no son los Dodgers de 1988 aunque algunas cosas no han cambiado mucho en 29 años.
