Un inmigrante guatemalteco separado de su hijo desde hace varias semanas, siente el temor de ser deportado sin poder llevarse al pequeño consigo.
Hermelindo Che Choc vive con la angustia de no poder abrazar a su hijo de tan solo seis años de edad. Che Choc y su hijo Jefferson están separados desde el pasado 28 de mayo, cuando ambos fueron detenidos cuando entraron a Estados Unidos por la frontera de Texas.
El menor fue enviado a un albergue en Nueva York mientras que el padre estuvo casi dos meses en un centro de detención de California. Aunque fue puesto en libertad, debe usar un grillete electrónico.
“Cuando le hablé el lunes, mi niño estaba llorando”, dijo Che Choc. “Papá, ya no me quieres pa, me dijo, porque no me has llamado me dijo. Yo sé que no es mi culpa", dice el padre apesadumbrado.
Hermelindo Che Choc asistió esta semana a una audiencia para solicitar la reunificación con su hijo. Sin embargo, las autoridades no pudieron darle una respuesta por no tener la información necesaria sobre su caso.
"Llegar a una cita y que ni siquiera sepa la oficial cómo es que llego este caso frente de ella es un caso muy extraño pero también enseña lo que está haciendo esta administración”, dijo Yliana Johansen-Méndez, del Immigrant Defenders Law Center. “Están perdiendo los casos. Están perdiendo las familias. No saben dónde mandan a uno o al otro".
La abogada señala que, por ahora, el objetivo es que el caso sea remitido a un juez de inmigración para solicitar que se les otorgue el asilo político y traer al pequeño Jefferson a California para que se reúna con su padre. El niño cumplirá siete años el próximo 20 de julio.
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"Lo único que me queda es pedirle ayuda a Dios, y gracias me está dando a respuesta en todo, yo tengo fe", dice Che Choc.
