El gerente de los Astros de Houston, A.J. Hinch y el gerente general Jeff Luhnow fueron despedidos este lunes después de que la Liga Mayor de Béisbol (MLB) concluyera que el equipo hizo trampa durante la temporada 2017 al usar una cámara para robar señales que se transmiten de los receptores del equipo contrario a los lanzadores, y luego avisó a los bateadores de los Astros sobre qué tipo de lanzamiento haría el lanzador.
Los Astros derrotaron a los Dodgers en la Serie Mundial 2017.
La MLB inicialmente suspendió a Hinch y Luhnow para la temporada 2020, pero el dueño de los Astros, Jim Crane, rápidamente anunció que ambos habían sido despedidos. Se alega que ni Hinch ni Luhnow tuvieron un papel en la implementación del sistema de robo de carteles, “pero ninguno de ellos hizo nada al respecto”, dijo Crane.
El comisionado de béisbol Rob Manfred dijo en un comunicado que “prácticamente todos los jugadores de los Astros tenían alguna participación o conocimiento de la estrategia”, pero ningún jugador fue disciplinado en forma individual.
Dodgers
MLB también multó a los Astros con $5 millones, y el equipo perderá sus próximas dos selecciones de primera y segunda ronda. El ex entrenador de banca del equipo, Alex Cora, ahora gerente de los Medias Rojas de Boston, también podría enfrentar una severa disciplina por ser la persona que desarrolló el sistema de robo de carteles mientras estaba en Houston, dijo Manfred.
No hubo respuesta inmediata de los Dodgers al castigo impuesto a los Astros por las Grandes Ligas de Béisbol.
Cuando los periodistas en Houston le preguntaron si el escándalo contamina el título de la Serie Mundial 2017 del equipo, Crane dijo: “Absolutamente no”, insistiendo en que el equipo había sido “muy bueno” durante varios años previos a la carrera por el campeonato.
Las acusaciones de trampa contra los Astros surgieron a fines del año pasado cuando el ex lanzador de los Astros Mike Fiers reveló el plan a la publicación deportiva en línea The Athletic. Según MLB, el sistema de trampa comenzó a principios de la temporada 2017 y continuó en la temporada 2018.
Según la investigación, el equipo tenía una cámara instalada en el centro del campo enfocada en los receptores opuestos, y se instaló un monitor a las afueras del refugio de los Astros.
Los jugadores en el banquillo, al ver las señales de los receptores, transmitían la información a los bateadores de los Astros golpeando un bote de basura.
