Las autoridades incautaron más de 100 armas de fuego en el sur de California como parte de una redada de cinco días para retirar armas de fuego y municiones de personas que ya no tienen permiso legal para poseerlas o portarlas, anunciaron las autoridades el martes.
La operación de la semana pasada en el condado de Los Ángeles también incluyó 13 arrestos, dijo el fiscal general de California, Rob Bonta, durante una conferencia de prensa. Los investigadores también se llevaron cerca de 50,000 rondas de municiones y 87 cargadores de alta capacidad.
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La redada se centró en personas en 51 ciudades del condado que tienen prohibido poseer armas de fuego según el Sistema de Personas Armadas y Proscritas (APPS) del Departamento de Justicia, dijo Bonta.
“El Sistema de Personas Armadas y Proscritas de California es una herramienta crítica que hace posible el trabajo de tomar medidas enérgicas contra la propiedad y posesión ilegal de armas”, dijo Bonta. “... Esfuerzos de colaboración como estos aumentan nuestro éxito en quitar las armas de las manos potencialmente peligrosas, reducir la violencia armada y mantener seguros a nuestros vecindarios”, agregó.
Las personas a las que se les prohíbe poseer o poseer armas de fuego en California incluyen aquellas que fueron condenadas por un delito grave o un delito menor violento, que fueron puestas bajo una orden de violencia doméstica u otra orden de restricción, o que padecen una enfermedad mental grave.
El estado estableció un sistema en 2006, el primero en hacerlo, que rastrea a los propietarios de armas de fuego que se encuentran en una de esas categorías prohibidas. La base de datos de APPS funciona para identificar a las personas que adquirieron armas de fuego legalmente y luego se les prohibió poseerlas o portarlas.
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Las autoridades encontraron 55 pistolas, 19 rifles, 15 escopetas, 17 armas de asalto y ocho pistolas fantasma como parte de la redada en 51 ciudades del condado de Los Ángeles.
Una operación similar se llevó a cabo en enero en el Área de la Bahía de San Francisco, donde se incautaron 30 armas de fuego y se arrestó a ocho personas.
“Esas son armas y municiones que ya no están disponibles para dañar al público”, dijo Bonta.
