Una epidemia silenciosa en California

Las muertes por adicción a los opioides se triplicaron en el lapso de un año.

La adicción por los opioides se ha convertido en una epidemia de salud pública en Estados Unidos, en donde cobro la vida de 64,000 personas en 2017.

En California, destacan las autoridades de salud del estado, el abuso de los fármacos para controlar el dolor se ha disparado debido a esta epidemia silenciosa.

De acuerdo con expertos, el vicio suele comenzar con analgésicos recetados para tratar el dolor agudo a corto plazo, como el vicodin, oxiytocin o percocet. Esto ocasiona que el cuerpo se acostumbre rápidamente a sus efectos y origine una dependencia a mayores dosis.

"Le dije al médico que el dolor empeoro y me recetó percocet”, dice Nicholas Ybarra, a quien una fractura en un tobillo lo llevo a caer en el vicio de esta epidemia. “Me hice dependiente rápidamente".

Sin embargo, tres meses después su médico se negó a recetarle el analgésico.

“Estaba desesperado. Quería más analgésicos y los fui a buscar a la calle”, cuenta Ybarra, quien termino mezclaba los opioides con metanfetaminas y cocaína y terminó adicto a la heroína.

La mezcla de los analgésicos con la droga, señalan expertos, hacen que el efecto sea más potente.

"El opioide que están usando ahorita que se llama Fentanyl”, dice el Dr. Héctor Castillo, del Adventist Health. “Es 50 veces más potente que la morfina".

Según el Departamento de Salud de California, entre los años 2016 y 2017, se triplicaron las muertes en el estado por la mezcla del fentanilo, que puede causar la muerte si se combina con drogas.

"Si uno nunca ha usado un opioide puede parar de respirar y puede fallecer por sobredosis", señala el Dr. Castillo.

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