Varios pastores en el Condado de Riverside están entre cientos en California que tienen la intención de ignorar las restricciones relacionadas al coronavirus y reiniciar los servicios de sus iglesias al fin del mes.
Más de 1,200 clérigos y mujeres han firmado una “Declaración de Esencialidad” indicando su compromiso de celebrar servicios en persona el 31 de mayo, el Día de Pentecostés.
“Este acto de solidaridad entre miembros del clero de diferentes denominaciones, orígenes étnicos y ubicaciones geográficas no tienen precedentes durante estos tiempos'', dijo Robert Tyler, abogado y presidente de Murrieta del grupo Defensores de la fe y la libertad.
“Estos pastores están dispuestos a enfrentarse al estado y enfrentar multas o sanciones para cumplir con su llamado y la necesidades esenciales de quienes los rodean”, dijo Tyler.
El gobernador Gavin Newsom fue notificado sobre el compromiso en una carta con las firmas del pastor Tim Thompson de la Iglesia 412 en Murrieta y el pastor Tom Hughes de la Iglesia 412 en San Jacinto, entre otros.
La oficina del gobernador no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
En su orden ejecutiva del 19 de marzo, derivada por la emergencia del coronavirus, Newsom excluyó los lugares de servicios religiosos bajo su lista de operaciones “esenciales”.
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La prohibición de que las iglesias realicen cualquier tipo de servicios, que fue reforzado por una orden de salud pública similar en el Condado de Riverside que ha sido anulado, fue modificada por el gobernador el mes pasado para permitir “servicios de iglesia autocine”.
Newsom, el fiscal general del estado, entre otros recibieron una demanda federal para detener la aplicación adicional de la orden ejecutiva que prohibía los servicios en persona, pero la propuesta del mandato civil fue rechazada por un juez de la corte de Riverside del Distrito de EE. UU., quien declaró que la salud pública tomaba precedencia sobre los argumentos a favor de las reuniones públicas, especialmente cuando las opciones de transmisiones en línea, entre otras, estaban disponibles.
Sin embargo, en Kansas el mes pasado, dos iglesias presentaron una demanda similar desafiando al gobernador de ese estado sobre los servicios religiosos en persona, y en en ese caso, el juez otorgó una orden judicial temporal que permitió que los servicios continuaran.
El jurista federal citó la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos validando la libertad de convocar asambleas religiosas sin la interferencia del gobierno.
Poco después, basado en un razonamiento similar, el tribunal del Sexto Circuito de EE.UU. falló a favor de una iglesia bautista de Louisville, Kentucky, que buscaba celebrar servicios en desafío de un mandato estatal vinculado a COVID-19.
“La exención de reunión pública de California incluye una amplia gama de empresas: aeropuertos, instalaciones de transporte público, la industria del entretenimiento, sitios de construcción, medios de comunicación, lugares de cuidado de niños, dispensarios de marihuana, licorerías, cafeterías, tiendas como centro comerciales, supermercados, tiendas de conveniencia, restaurantes de comida para llevar y otros establecimientos donde usualmente se reúnen un gran número de personas”, según la carta enviado a Newsom.
“¿Por qué no se debe permitir que una iglesia o sinagoga opere dentro de pautas de salud apropiadas al igual que las empresas seculares que participan en conducta similar?”, declararon los peticionarios. “Si se puede hacer una fila en Costco, debería estar bien rezar en la iglesia”.
La declaración señaló que las autoridades de salud pública han realizado un servicio loable que mitiga COVID-19, pero las medidas han sido demasiados y se han implementado por mucho tiempo.
“El clero de este estado está convencido de que deben reabrir sus ministerios para satisfacer plenamente las necesidades de sus comunidades”, según los declarantes. “Los servicios espirituales de los ministerios son absolutamente esenciales para la salud y el bienestar de la gente de California ''.
Según los clérigos, indicaron que recientes estudios señalaron que importantes impactos en la salud mental, incluyendo suicidios, relacionados con órdenes de quedarse en casa y pérdidas de trabajo como ejemplos de por qué el refuerzo positivo de las iglesias es vital.
“El cierre de las organizaciones religiosas está impidiendo los numerosos ministerios y servicios sociales proporcionados por iglesias a los pobres, desempleados y angustiados”, según la carta. “El apoyo humanitario y espiritual proporcionados por los ministerios son innumerables”, afirmaron.
La declaración incluye un voto del clero de “seguir razonables directrices” de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE. UU. para disminuir la probabilidad de exposición a COVID-19, usando distanciamiento social y otras precauciones durante los servicios.
