Una joven transgénero encuentra su voz

Decide enfrentar una cirugía para darle un tono más femenino.

Desde que tenía uso de razón, Amelia Vega sentía que vivía en un cuerpo equivocado, con un nombre masculino con el cual no se identificaba.  

“Me miraba al espejo y soñaba con tener senos o ser una mujer hermosa”, cuenta Amelia, quien escondía ese deseo en un cuerpo de hombre con el nombre de Charlie.

Ese deseo le atrajo las burlas de sus compañeros de clase y el rechazo de su familia.

“Mi familia me boto de la casa, me tocó vivir en la calle”, dice Amelia. “También me tocó pues, hacer trabajo sexuales, me tocó estar en las drogas y en el alcohol”.

Pero estaba decidida a lograr su transición de hombre a mujer, a pesar de su lucha de cuatro años para vencer el cáncer.  

Los médicos y los quirófanos se volvieron sus aliados para dejar de llamarse Charlie y convertirse en Amelia Vega.

“En dos ocasiones, aumento de senos. Me he hecho una lipoescultura, aumento de glúteos con implantes”, cuenta Amelia, de origen hondureño.

Sin embargo, sentía que algo faltaba.

“Ya estaba toda completa pero había algo que no me gustaba. Era mi voz”, dice Amelia

Una frase de su ex esposo fue motivo suficiente para hacer algo al respecto.

“Me dijo, ‘¡Tú de mujer no tienes nada más que un par de senos y eso porque te los pusiste! ¡Porque hablas como hombre!’”, recuerda Amelia.

Eso la llevó a buscar al pionero de cirugía de feminización de la voz en Sudamérica, la Glotoplastia de Wendler.

“Consiste en el acortamiento y adelgazamiento de las cuerdas vocales con el fin de que la frecuencia fundamental, es decir. El tono de voz, quede como si fuese femenino”, dice el Dr. Antonio Ballestas.

Los sueños de Amelia Vega ahora giran en torno a su anhelo de representar a Honduras y coronarse Miss Reina Internacional, en el próximo certamen de belleza transgenero que se celebrara el próximo año en Tailandia.

Pero, con o sin corona, ahora siente que nada le podrá apagar el dulce sonido de su voz.

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