Año bisiesto

Año bisiesto o “leap year”: ¿Por qué cada cuatro años se agrega un día al calendario?

El 29 de febrero solo se ve cada cuatro años en tu calendario y es el llamado año bisiesto o "leap year".

Telemundo

Un año se calcula como el tiempo que tarda la tierra en hacer su movimiento de traslación alrededor del sol. 

“Esto es muy interesante porque tiene que ver precisamente con la alineación de planetas”, dijo Guillermo Quiroz, meteorólogo de Telemundo 52 Los Ángeles. 

El número de días que la tierra tarda es comúnmente indicado como 365. Sin embargo, no es así, en realidad son 365.2422 días. Es decir, hay algunas fracciones de horas que quedan por fuera del conteo en un año normal, las cuales se deben agregar cada cuatro años con un día más en el calendario.

La fracción 2422 equivale a 5 horas, 46 minutos y 48 segundos, la cual, en un año no tiene mayores implicaciones, pero cuando se van sumando a lo largo de los años pueden resultar en importantes cambios.

“Esa ligera fracción de 2422 trae un cambio importante para nosotros. Vamos a hacer las cuentas si no tuviéramos un día extra serían pérdida de 5.8 horas es decir en 100 años nuestro calendario tendría 24 días menos”, agregó Quiroz.

Es por esto que agregar un día a febrero, que es el mes más corto del año, cada cuatro años, resuelve el problema de la fracción adicional que tarda la tierra en darle la vuelta al sol.

En gran parte, el año bisiesto se puso en funcionamiento para mantener los meses sincronizados con los eventos anuales, incluidas las estaciones (invierno, primavera, verano y otoño), los equinoccios y solsticios, según el Laboratorio de Propulsión de Jet (JPL) de la NASA.

Es decir, si no se hiciera este ajuste, “después de sólo un siglo sin días bisiestos, ¡el verano no comenzaría hasta mediados de julio!”, según JPL. 

Los bebés que nacen el 29 de febrero sólo cumplen años cada cuatro años. Los padres tienen la opción de celebrar su cumpleaños el 28 de febrero o el 1 de marzo.

¿Cuándo inició la implementación del año bisiesto?

Las civilizaciones antiguas tenían calendarios que hacían correcciones periódicas para alinearse con los ciclos lunares y solares. 

Pero fue Julio César, político y militar del antiguo Imperio Romano, quien puso en práctica lo que hoy consideramos años bisiestos desde el año 46 a.C. 

Más adelante, el Papa Gregorio XIII hizo ajustes al conteo anual a finales del siglo XVI. El Papa quería asegurarse de que la fecha de Pascua no se desviara en el calendario, y por lo tanto hizo que el calendario fuera lo más preciso posible.

El calendario gregoriano sigue en uso hoy en día.

Con información de AP.

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