En Boyle Heights, el dueño de un conocido negocio se recupera después de que un indigente le rompió la nariz.
La propietaria de un negocio vecino, cerca de donde ocurrió el incidente, le dijo a Telemundo 52 que un indigente había tumbado una pequeña mesa con su mercancía, pero en el caso del señor Modesto Navarro, la agresión lo llevó al hospital.
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Navarro tiene 30 años trabajando su negocio “Velardes Fruit Stand and Restaurant”, y nunca había sido víctima de violencia, pero el viernes pasado, poco después del mediodía, un indigente entró al lugar y empezó a quitarle la comida un hombre mayor de edad.
“Yo lo único que le dije es que se saliera para afuera, que no podía estar molestando a los clientes”, contó Navarro.
Navarro agregó que el hombre se puso agresivo, pero finalmente se dirigió a la puerta.
“El individuo tomó uno de estos pesados servilleteros de metal y salió del negocio, parecía que simplemente se lo iba a llevar”, dijo.
Pero se dio la vuelta y lo lanzó directamente a la cara de Navarro.
“Traigo ocho puntadas”, dijo Navarrete.
Ahora mucha de la comunidad de Boyle Heights lo está ayudando, pues admiran su fortaleza.
Este ataque sucedió el viernes, y el sábado él estaba aquí trabajando, y el domingo también.
“Un ataque similar a principios del mes en Inglewood dejó a Nicolás Arrazola inconsciente, y aún continúa en estado de coma”, dijo Cristal Haro, una cliente.
Las autoridades dicen que en los últimos años los ataques por indigentes con problemas mentales o bajo la influencia se han multiplicado.
“Se miran que andan mal, y no andan bien mentalmente, o tienen una adicción. No sabemos a veces que están sufriendo también ellos”, dijo Lilia Ramírez, residente de Boyle Heights.
En la mayoría de los caos, los sospechosos son detenidos por la policía, pero después de ser procesados, son puestos en libertad.
“Lo que pasa es que mucha gente defiende a los que andan en la calle porque piensan que son inocentes, pero muchos son muy agresivos”, señaló Navarrete.
Navarrete dijo que le es difícil hablar del ataque, especialmente porque conocía al individuo de vista.
“Incluso le había dado de comer anteriormente”, dijo Navarrete.
Las lesiones físicas están sanando, pero la experiencia lo ha cambiado.
“Más tenso, más nervioso”, añadió.
Y mientras no se encuentre una solución para verdaderamente ayudar a la población indigente, casi es seguro que se seguirán dando los ataques a personas inocentes.