Se requeriría prueba de al menos vacunación parcial contra COVID-19 para ingresar a espacios públicos cerrados en la ciudad de Los Ángeles, incluidos restaurantes, bares, gimnasios, salas de conciertos, cines e incluso “establecimientos minoristas”, según una propuesta presentada el miércoles por la presidenta del Concejo Municipal, Nury Martinez.
“Ya es suficiente”, dijo Martínez, quien presentó la moción junto con el concejal Mitch O'Farrell. “Los trabajadores del hospital están agotados, las mamás que han dejado de lado sus carreras están cansadas y nuestros hijos no pueden permitirse la pérdida de otro año escolar. Tenemos tres vacunas que funcionan y están fácilmente disponibles, entonces, ¿qué se necesita?”
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La propuesta es similar a una política anunciada esta semana en la ciudad de Nueva York, pero sería más restrictiva con la inclusión de establecimientos minoristas, lo que podría limitar el acceso a algunas necesidades básicas.
La política de Nueva York restringe el acceso solo a lugares más orientados al entretenimiento, como restaurantes cubiertos, gimnasios y teatros. Según la oficina de O'Farrell, los negocios exactos que caerían bajo las restricciones se determinarían durante la redacción de la ordenanza por parte de los abogados de la ciudad.
Aún no se ha determinado si tales restricciones minoristas se extenderían a las tiendas de comestibles. La moción, si es aprobada por el Concejo Municipal, instruiría al abogado de la ciudad a preparar una ordenanza que requiera que las “personas elegibles” hayan recibido al menos una dosis de la vacuna antes de ingresar a los espacios interiores de la ciudad.
La moción también instruiría al Departamento de Inversión Comunitaria para las Familias a informar de inmediato sobre cómo expandir la campaña Vax UP L.A. y qué recursos se necesitan para un programa de educación y divulgación en toda la ciudad en un esfuerzo por expandir la cobertura de vacunas.
Si se aprueba la moción, el Analista Legislativo Jefe trabajaría con otros departamentos de la ciudad para crear una estrategia de implementación para el requisito y el abogado de la ciudad informaría al consejo con un curso de acción para garantizar el cumplimiento.
“Los angelinos trabajadores, sus clientes y el público en general merecen estar seguros en los espacios públicos”, dijo O'Farrell. “Las vacunas son nuestra forma de protección más eficaz y el momento de actuar es ahora.”
Los funcionarios de salud del condado continúan instando a las vacunas como la mejor defensa contra las infecciones por COVID-19, que afectan de manera desproporcionada a los no vacunados y los llevan a los hospitales.
La directora de salud pública del condado, Barbara Ferrer, dijo la semana pasada que de todas las personas que fueron hospitalizadas en el condado debido al COVID-19 en junio, el 92% no estaban completamente vacunadas o no estaban completamente vacunadas. La cifra fue del 95% en mayo.
Durante los primeros 10 días de julio, la estadística más reciente disponible, la tasa fue del 91%. Ferrer también dijo que el 99.8% de las muertes por COVID en el condado durante los primeros seis meses del año ocurrieron entre los no vacunados. La tasa fue del 96% del 1 de abril al 30 de junio, un período durante el cual las vacunas estuvieron más disponibles.
De los 10.3 millones de residentes del condado, el 60% ha recibido al menos una dosis y el 52% está completamente vacunado. Aproximadamente 1.3 millones de residentes menores de 12 años siguen sin ser elegibles para la vacuna.
Entre los residentes de 16 años o más, el 72% ha recibido al menos una dosis y el 63% está completamente vacunado, según las cifras más recientes del condado. Las tasas son significativamente más altas entre los residentes mayores, con el 89% de los residentes del condado de 65 años o más con al menos una dosis y el 79% completamente vacunado.
