Crece la tensión ante incertidumbre por redadas

Iglesias y activistas sumaron su apoyo a inmigrantes; diez ciudades son el blanco.

Mientras crece la tensión ante la incertidumbre de las masivas redadas migratorias anunciadas por el gobierno del presidente Trump, iglesias y activistas sumaron su apoyo a los inmigrantes.

Ante la amenaza de operativos contra la inmigración en Estados Unidos, líderes religiosos utilizaron el domingo sus púlpitos para apaciguar los temores entre las comunidades de inmigrantes y emprender acciones para ayudar a aquellos en riesgo por las redadas.

Durante su homilía, un sacerdote de Chicago habló sobre la compasión de un activista fronterizo que está acusado de albergar ilegalmente a inmigrantes, mientras que otra iglesia de la ciudad promovió un “taller para defenderse de las deportaciones”.

Decenas de templos en Houston y Los Ángeles ofrecieron santuario a todo aquel que tenga miedo de ser arrestado. En Miami, los activistas entregaron panfletos afuera de las iglesias para ayudar a los migrantes a que conozcan sus derechos en caso de ser detenidos.

“Vivimos en una época en que la ley le puede permitir al gobierno hacer algunas cosas, pero eso no necesariamente hace que sea correcto”, dijo el padre John Celichowski, de la parroquia de Santa Clara de Montefalco en Chicago, donde casi el 90% de su congregación de 1,000 miembros es hispana, la mayoría de ellos inmigrantes.

Aunque las autoridades federales de inmigración no revelaron detalles, se tenía previsto que los agentes iniciaran acciones coordinadas el domingo en contra de unas 2,000 personas, incluyendo familias, que cuentan con órdenes finales de deportación en 10 de las principales ciudades del país, entre ellas Chicago, Los Ángeles, Nueva York y Miami.

Activistas y funcionarios municipales reportaron actividad de agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus iniciales en inglés) en Nueva York y Houston el día anterior, pero se desconoce si se trata del mismo operativo.

El grupo activista de Houston FIEL dijo que dos personas fueron arrestadas el sábado.

Por su parte, el alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, confirmó que personal del ICE estuvo involucrado en tres incidentes el sábado, pero los agentes no pudieron detener a los residentes.

Durante una conferencia de prensa el domingo en Nueva York, De Blasio dijo que la operación era un “acto político” del presidente Donald Trump y que no tenía nada que ver con aplicar la ley.

El secretario interino de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan, no respondió preguntas sobre el operativo durante un informe en Washington sobre el manejo de las respuestas de emergencia al huracán Barry.

La renovada amenaza de deportaciones masivas ha puesto a las comunidades migrantes en un estado de alerta aumentada desde que Trump asumió la presidencia con su compromiso de deportar a millones de personas que viven ilegalmente en el país.

Aunque este tipo de redadas han sido rutinarias desde 2003, el hecho de que Trump promoviera y divulgara el inicio de las operaciones, y el entorno político alrededor de ello, son inusuales.

El mandatario anunció las redadas el mes pasado y posteriormente las postergó a fin de darles a los legisladores la oportunidad de analizar la situación que se vive actualmente en la frontera sur.

Las autoridades mexicanas dicen prever que 1,807 compatriotas que enfrentan órdenes finales de deportación en Estados Unidos sean devueltos a su país en los próximos días.

Funcionarios en la Secretaría de Relaciones Exteriores indicaron que no había indicios de un incremento en los arrestos de mexicanos sin visas en ciudades estadounidenses el domingo en la mañana, según lo advirtió el presidente Donald Trump.

Sin embargo, aclararon que los consulados mexicanos están listos para proporcionar asistencia legal a otros migrantes capturados en redadas.

“Esperamos que en los próximos días sean deportadas 1,807 personas que ya tienen órdenes finales de deportación”, dijo el canciller mexicano Marcelo Ebrard.

Por su parte, México deportó a 364 hondureños a su país tan sólo el viernes y el sábado, parte de un esfuerzo para reducir la llegada de migrantes centroamericanos a Estados Unidos.

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