Bolsonaro

“Estados Unidos no debe brindarle refugio a él ni a ningún autoritario que haya inspirado tal violencia contra las instituciones democráticas”, lee la carta enviada por un grupo de 46 legisladores demócratas.

Elementos de seguridad bloquearon el acceso a edificios que fueron destrozados hace cuatro días por una horda de manifestantes.

Su esposa Michelle, publicó en redes una fotografía en la que se ve a Bolsonaro vestido con una bata y pantalones calle y recostado en una cama hospitalaria.

Hasta el momento, Biden se ha limitado a condenar lo sucedido en Brasil y el domingo afirmó que seguirá trabajando con Lula.

Los hechos, condenados de forma unánime por la comunidad internacional, ocurrieron exactamente una semana después de Luiz Inácio Lula da Silva asumir la Presidencia de Brasil.

La Policía Militarizada utilizó gases lacrimógenos y balas de goma para tratar de dispersar a los manifestantes.

El líder progresista había dicho que solo anunciaría ministros después de que el Tribunal Superior Electoral oficializara el resultado de las elecciones.

Bolsonaro no había asistido a ningún acto oficial desde el 30 de octubre, cuando se celebró la segunda vuelta de los comicios.

Ambos son unos titanes políticos y ocho de cada 10 brasileños dicen que votarán por uno de ellos el domingo, según la encuestadora Datafolha; el expresidente encabeza las encuestas.

A falta de diez días para las elecciones más polarizadas en la historia de Brasil, el dirigente progresista tiene el 47% del favoritismo, frente al 33% del líder ultraderechista.

El asesinato a tiros de un militante del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva a manos de un policía bolsonarista sobrecogió este domingo a la política brasileña.

El expresidente recuperó sus derechos políticos en marzo de 2021, cuando la Corte Suprema anuló las dos sentencias que pesaban en su contra y por las llegó a pasar 580 días en prisión.