Cesáreas y la falta de lactancia incide en alergias

Un pediatra dijo que el bebé en el vientre empieza a desarrollar la microbiota intestinal.

El aumento en el número de cesáreas, la falta de lactancia materna y el uso excesivo de antibióticos de manera innecesaria desde edades tempranas inciden en la aparición de alergias, detallaron hoy especialistas.

En entrevista con Efe, el doctor Gerardo López, alergólogo pediatra, detalló que aunque las alergias en algunos casos tienen componentes genéticos, en algunos otros los factores son ambientales.

"Y estos factores se pueden dar desde el embarazo", explicó el especialista, miembro de la Academia Mexicana de Pediatría.

Se estima que cada comercio utiliza alrededor de 139,200.

López detalló que cuando el bebé está en el vientre, se empieza a desarrollar la microbiota intestinal.

Explicó que el correcto equilibrio de la microbiota es fundamental, no solo por su implicación en actividades metabólicas como la recuperación energética y de nutrientes o la protección contra infecciones, sino porque desempeña un papel importante en la adecuada maduración del sistema inmunológico.

Es por ello que si un ser humano, desde los primeros años de vida, no tiene una buena microbiota es más propenso a desarrollar alergias debido a que éstas son resultado de un mal funcionamiento del sistema inmunitario.

El especialista dijo que entre 30 y 40 % de la población mundial padece alguna alergia, y entre las más comunes están las respiratorias, donde la principal se manifiesta como asma.

"Se estima que 300 millones de personas en el mundo padecen asma, y, de seguir la tendencia, en 2025 este problema se presentará en 400 millones de personas", aseveró.

Las alergias, expresó el especialista, están íntimamente ligadas a las enfermedades respiratorias, las cuales son un importante problema de salud pública y representan la morbilidad más alta en el país, así como la primera causa de consulta en los centros médicos.

La rinitis alérgica es uno de los principales padecimientos respiratorios y afecta a entre 17 % y 25 % de la población en el país, aunque es más común en niños menores de cinco años y adultos jóvenes.

El especialista explicó que uno de cada dos niños menores de cinco años puede padecer rinitis mientras que tres de cada diez adolescentes también se pueden ver afectados.

Entre los principales síntomas de estos padecimientos están la irritación y obstrucción de la nariz, picores y estornudos, lagrimeo y enrojecimiento de los ojos, tos, sensación de ahogo, o erupciones en la piel.

López indicó que entre los factores ambientales también están los ácaros, los cuales son responsables de la mitad de las manifestaciones alérgicas y están presentes en el polvo de casa.

Dijo que estos bichos se encuentran, principalmente, en colchones, almohadas, cortinas, sofás, alfombras y peluches, por lo que la higiene de estos artículos es importante, así como la ventilación de las habitaciones.

Un colchón puede contener cerca de dos millones de ácaros y existir hasta 2.000 ácaros por cada gramo de polvo, señaló el también infectólogo pediatra.

Así, el especialista refirió que el mayor reto es la falta de un diagnóstico ya que las personas no suelen reconocer los síntomas de esta enfermedad y, además, existe solo un alergólogo por cada 133.000 habitantes.

En ese sentido, el doctor José Huerta, jefe del Departamento de Alergias del Instituto Nacional de Pediatría, señaló a Efe que es necesario que las escuelas de medicina tengan una materia de alergia.

Además, dijo, se debe capacitar a los médicos de primer contacto para poder detectar los síntomas de manera oportuna.

Asimismo, explicó que se deben desarrollar estudios epidemiológicos para entender mejor estos padecimientos y poder atenderlos de manera eficaz.

Finalmente, los especialistas destacaron la importancia de regresar a una dieta más mediterránea o mesoamericana y evitar, en la medida de lo posible, los alimentos industrializados.

Del mismo modo, se debe promover la buena alimentación durante el embarazo y los primeros 1.000 días de vida de los niños, además de evitar el tabaquismo y tomar medidas ante la contaminación ambiental y la obesidad infantil, que también pueden provocar esta afección.

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