CIUDAD DE MÉXICO - Colectivos de madres buscadoras piden al crimen organizado que no las amenacen o maten por el simple hecho de querer hacer su trabajo: localizar, vivos o muertos, a su seres queridos desaparecidos.
"A los jefes de los cárteles de Sonora, Salazar, Caro Quintero y demás líderes del cártel: no nos maten, que no nos desaparezcan , que no nos amenacen, que nos dejen seguir buscando a nuestros hijos", pide Cecilia Flores, madre de dos hijos desaparecidos.
Junto a la imagen de la Virgen de Guadalupe y las fotografías de sus dos hijos, la presidenta del colectivo Madres Buscadoras de Sonora suplicó a quienes han detenido su labor y le han quitado la vida a muchas de sus compañeras.
A través de redes sociales, Flores envió el mensaje desde el sitio donde está refugiada desde hace casi seis meses porque la amenazaron de muerte y así lo reiteró ante las cámaras.
“No me voy a rendir, no me voy a cansar aunque me manden al mismo infierno", subrayó Flores.
La activista se vio obligada a detener sus esfuerzos luego de que su compañera Aranza Ramos fue asesinada.
"Aquí en este predio tenemos como cinco veces que venimos y seguimos encontrando...", decía Ramos, una mujer joven que quería encontrar a su marido.
Pero miembros de una organización delictiva le pidieron que se detuviera y, al no hacerlo, la ejecutaron.
“Si le digo que se cuide es porque oi decir al jefe que sigue usted”, fue el amago que se extendió a Cecilia Flores, quien hasta ahora permanece bajo la protección de las autoridades mexicanas.
Con su líder a larga distancia, las madres buscadoras han continuado con su labor, pero Flores quiere volver al campo a buscar con sus propias manos a sus seres queridos.
Desesperada les garantizó en su ruego a los criminales que no harán nada para dañarlos.
"No buscamos culpables, no buscamos justicia, lo único que queremos es traerlos de vuelta a casa", prometió.
Pero el silencio es la respuesta y ellas saben que todos los días se arriesgan a que les ocurra lo mismo que aquellos a los que extrañan.