NARCOVIOLENCIA

Huyen de México por la violencia; EEUU les da una visa humanitaria

Al menos 23 integrantes de la familia escaparon de las amenazas del Cártel Jalisco.

Telemundo

CIUDAD DE MÉXICO - Con la música que siempre oían allá en su pueblo en Michoacán, una familia salió de la tierra que los vio nacer, del México que mucho les ha dado y del que tanto les duele partir.

"La verdad muy contento por el hecho del cruce y un poco triste por lo que hemos dejado atrás, pero lo primero es la vida", resume Agustín Peña, quien pidió asilo.

Aun antes de que apareciera el sol en Tijuana, Peña y los suyos se levantaron, tomaron sus maletas e iniciaron su camino llevando en la boca la bandera del país que esperan los albergue.

Rodeada por sus hijos y nietos, Josefa Silva Cordero, de 94 años, avanzó despacio hacia su nuevo destino. Se dijo tranquila y es que, luego de que hace un par de meses entre lágrimas nos contó que huyeron de Michoacán ante las amenazas de los criminales, hoy tiene nuevas ilusiones.

"¿Qué creen que voy a hacer yo? Alguna cosa que se me ocurra para no estar de vaga", dice Silva Cordero.

El grupo de 23 integrantes de una sola familia llegó hasta la línea fronteriza para cumplir su cita con el gobierno de Estados Unidos al que han solicitado una visa humanitaria.

Autoridades del estado de Michoacán consideran que detrás de esos grupos está la mano del crimen organizado.

El activista Albert Rivera estuvo junto a ellos en todo el proceso.

"Les mataron a cuatro de la familia, les secuestraron a dos", precisa Rivera.

Bajo ese panorama, quienes eran prósperos empresarios aguacateros decidieron dejar todo en Aguililla, tomaron a sus hijos, hermanos, padres y sobrinos y se fueron con la ilusión de reiniciar su negocio desde el otro lado.

El nuncio apostólico Franco Coppola ofició una misa por la paz en la comunidad de Aguililla.

"Pues nos despojaron de nuestras casas y ya no podemos regresar ahora sí, se deja la mitad de la familia", dice Rosalía Peña.

Por hora los solicitantes no saben cual será la respuesta a su petición, pero este día fueron a su encuentro sonrientes y esperanzados en que podrían empezar una nueva vida lejos de la violencia que los está obligando a abandonar su nación.

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