CIUDAD DE MÉXICO - La hora establecida llegó y las pipas y camiones detuvieron su marcha. Los vendedores de gas levantaron sus voces y anunciaron que no abastecerán el combustible hasta que sus peticiones sean escuchadas.
“Aquí los perjudicados siempre hemos sido nosotros", afirma Serafín Robles, quien es repartidor y, como miles más de sus colegas, se unió al paro nacional.
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El repartidor asegura que desde que el gobierno ajustó el precio máximo de este producto, sus carteras se han visto afectadas.
"Todo el descuento vino hacia nuestra comisión y la verdad no están pagando muy poco y todavía nos quieren hacer un descuento", dice Robles.
La protesta se realizó principalmente en la capital del país y el Estado de México, pero también su unieron otras entidades como Oaxaca, Veracruz, Hidalgo y Puebla.
Apenas en agosto este gremio hizo un paro de labores, pero solo duró unas horas porque iniciaron un diálogo con las autoridades.
Pero a esta fecha, indica Gilberto Romero, no hubo acuerdos concretos por lo que decidieron parar sus unidades y no vender más, pues dice que en sus 20 años trabajando en esto nunca les había ido tan mal.
"Porque en realidad no alcanza para pagarles bien a la gente, ni los gastos del combustible", dice Romero.
En tan solo pocas horas, miles de personas resultaron afectadas, como Rafael Ramírez, quien está preocupado porque hoy le tocaba abastecer sus tanques y su familia empezará a sufrir las consecuencias.
"Porque necesitamos agua caliente, hacer la comida, diario el bañarse, entonces un paro de esta magnitud sí nos va a afectar a todos", anticipa Romero.
Los inconformes anticiparon que aunque este día puedan exponer sus demandas , repetirán esta acción cuantas veces sea necesario, hasta ver que se concreten las soluciones.