Reportajes Especiales

Unas obreras urbanas muy importantes para el medio ambiente

Un grupo de apicultores en el área de Los Ángeles se ha dado a la tarea de proteger a las abejas de los efectos que han causado la disminución de su población.

Telemundo

Durante más de 140 millones de años, las abejas han cumplido con la misión de mantener la vida en la tierra, ya que son las encargadas de polinizar el 75 por ciento de los cultivos de donde provienen nuestros alimentos. 

Sin embargo, su población ha disminuido dramáticamente en los últimos años debido a los pesticidas, el calentamiento global y la producción irresponsable de miel por parte de algunas compañías. Estos factores han ocasionado que su número se haya reducido en un 46 por ciento.   

Para evitar que sigan disminuyendo en el área de Los Ángeles, un grupo de apicultores urbanos se han dedicado a la misión de rescatar los panales y llevarlos a lugares seguros, para que las abejas puedan reproducirse. 

“En Los Ángeles hay entre nueve y trece panales de abeja por milla cuadrada”, destaca Paul Hekiman, un apicultor miembro de Honey Love. “Lo que hacemos es tomar esas abejas que ya existen y les damos un nuevo hogar. Tan pronto como las ponemos en la colmena, comienzan a crecer”.  

Honey Love ha rescatado panales de distintos lugares del condado. Pero ellos destacan que todos pueden ayudar con el proceso ya que, sin la polinización, no habría semillas, sin las semillas, no habría plantas. Y sin plantas, el mundo estaría en problemas. 

“Siembra plantas que sean buenas para las abejas”, aconseja Hekiman. “[Hazlo] en tu vecindario, en tu jardín”.  

Hekiman destaca que estas pequeñas criaturas cumplen un papel vital en las vidas de todos, ya que producen miel, cera, propóleo, jalea real, entre otras muchas cosas.  

El condado de Los Ángeles permite hasta tener dos colmenas de abeja por casa. Para convertirse en apicultor urbano, solo necesita llenar la solicitud y pagar $10.

“Las abejas necesitan tener voz. Nosotros tenemos que hablar por ellas [porque] no pueden hacerlo por sí mismas”, destaca Hekiman. “Si no estamos aquí para protegerlas, morirían. Y nosotros moriríamos también”.

Contáctanos