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Un riesgo infernal que acecha a California

Los incendios afectan cada año el estado dorado, con pérdidas humanas y materiales.

En agosto de 2018, el entonces gobernador de California, Jerry Brown, calificó los incendios registrados en el estado como la “nueva anormalidad”.

Son monstruosos incendios, cada vez más grandes y poderosos como Thomas y Camp; que arrasan estructuras y cobran vidas. Y la primera pregunta que surge es: ¿Cuál fue el detonante?

A veces los fuertes vientos pueden romper un poste o derribar una línea eléctrica dando paso a una chispa que origina las llamas. Esa fue precisamente la causa del Incendio Thomas, el segundo más grande en la historia de California, como lo reveló el Departamento de Bomberos del Condado de Ventura (VCFD) tras 15 meses de investigación.

Casi 100 vidas se perdieron el año pasado en los incendios forestales en el sur de California. En la mira, estuvieron las compañías de electricidad. ¿Qué tanta responsabilidad han tenido éstas?

De acuerdo con el informe del VCFD, fuertes vientos ocasionaron que dos cables de Southern California Edison (SCE) chocaran entre sí, originando una descarga que dio paso al infierno del Incendio Thomas.

Sin embargo, SCE cuestiona el informe alegando que ese día se produjeron dos incendios que dieron lugar al Thomas y que no tienen evidencias de que su equipo fuera el responsable en el primer siniestro que fue el que mayor responsabilidad tuvo.

Según CalFire, el 40 por ciento de los 20 incendios más destructores en la historia de California ha sido originado por las tres compañías de electricidad que operan en el estado. El más mortal de ellos, el Camp, fue atribuido a Pacific Gas and Electric (PG&E), que aceptó el resultado de la investigación de CalFire. De hecho, la compañía ya se había acogido al Capítulo 11 de la Ley de Bancarrota para enfrentar los gastos.

En la última parte de nuestra Asignación Especial, Descarga Infernal”, las víctimas del incendio hablan de como lo enfrentraron.

Otro detalle a considerar como detonante de incendios es la construcción de casas en zonas peligrosas, por ejemplo, en medio del bosque o porque se registran muchos vientos. Y donde por ley de California, las compañías de electricidad están obligadas a suministrar el servicio. En el caso de SCE de las cincuenta mil millas cuadradas en que ofrece servicio, el 30 por ciento cubre áreas de alto riesgo para incendios.

Una opción para disminuir este peligro es enterrar el alambrado, pero para una compañía con 700 mil transformadores y casi un millón y medio de postes, no parece tan factible; no solo por las condiciones del terreno; sino por el costo de instalación que aumentaría en un mil por ciento, por lo que optaron por reemplazarlas con cables recubiertos con aislantes que no generan chispas. Esto, según un experto de SCE, reduciría en un 60 por ciento la posibilidad de que se produzca un incendio, con un incremento del 40 por ciento en los costos.

Según un experto en administración de negocios, este incremento saldría del bolsillo de los consumidores, aunque las compañías de electricidad no pueden elevar las tarifas si no cuentan con la aprobación de la Comisión de Servicios Públicos.

Quienes han perdido a seres queridos en los incendios de California son, sin duda, los más afectados; pero quienes perdieron sus propiedades o su empleo, también se enfrentan a momentos muy difíciles.

Ante el avance de Thomas, que no le daba descanso al ejército de bomberos que lo enfrentaba, miles de trabajadores se vieron afectados. Tiendas y restaurantes tuvieron que ser desalojados ante la llegada de las llamas, dejando sin empleo a miles de personas.

Los trabajadores del campo que no fueron desalojados tuvieron que usar mascarillas para evitar los efectos del humo o solo pudieron trabajar unas cuantas horas.

Incendios en California 2018

Muchos pudieron contar con la ventaja de la compensación laboral, pero los indocumentados se vieron sin el sueldo con que ayudan al sustento de sus familias.

Ante este hecho las organizaciones MICOP, CAUSA y Futuros Líderes de América se reunieron en enero de 2018, para crear un fondo de desastre exclusivamente para la comunidad inmigrante e indocumentada.

A través de donativos, explica esta coalición, han podido ayudar a unas 1,400 familias.

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