Después de que le quitaron cada centavo mientras ahorraba para un apartamento para él y su hija, un vendedor ambulante del sur de Los Ángeles ahora tiene un lugar al que llamar hogar semanas después de que le robaron delante de su hija.
José Carbajal y su hija habían estado viviendo en un hotel ahorrando para un departamento. Después de que le quitaron sus ahorros, el padre soltero dice que ocurrió un milagro.
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“Me siento feliz, muy feliz”, dijo Carbajal.
Ha pasado más de un mes y Carbajal dice que tiene mucho que agradecer.
“Esta es mi sala donde mi hija juega con sus muñecas”, añadido Carbajal.
El martes, el padre soltero le dio a Telemundo 52 un recorrido por su apartamento de una habitación y un baño en el sur de Los Ángeles. Lo comparte con su hija de 8 años, que tiene autismo. Es un pequeño espacio al que han llamado hogar durante la semana pasada y es todo suyo.
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Carbajal dice que él y su hija vivían en un hotel en Gardena y pasaron meses ahorrando dinero para el depósito de una casa. Tenía alrededor de $2,000 que sacó de su cuenta bancaria el mes pasado para hacer ese depósito. Sin embargo, un grupo de ladrones le quitó el dinero.
El 1 de septiembre, un grupo de hombres atacó a Carbajal mientras vendía camisetas cerca de Broadway y la Avenida Manchester, en el sur de Los Ángeles. Un testigo captó el crimen con su teléfono celular momentos después de que el grupo derribara a Carbajal. Su hija, que estaba junto a él, resultó ilesa.
“Cuando ocurrió el ataque, mi hija quedó traumatizada. Ha estado recibiendo asesoramiento en su escuela, lo que la ha ayudado a superar lo que presenció”, dijo Carbajal.
Después de la cobertura de Telemundo 52, el apoyo de la comunidad comenzó a llegar. Gracias a la generosidad del público, la campaña de donación en línea de Carbajal creció a más de $50,000 lo que, según él, cambió su vida para siempre.
Carbajal dice que una parte del dinero no sólo le ayudó a conseguir un lugar para vivir, sino que también le permitió pagar tres meses de alquiler. También utilizó parte del dinero para reparar su camión, que utiliza para vender ropa.
“Sólo Dios sabe por qué pasó esto. Él convirtió esta mala situación en una bendición de la que todavía no podemos dejar de sonreír”, agregó Carbajal.
