El Concejo Municipal de Los Ángeles instruyó el miércoles al departamento de vivienda de la ciudad para investigar cómo proporcionar viviendas permanentes a los residentes restantes desplazados por una explosión de fuegos artificiales el año pasado.
La detonación controlada ocurrida el 30 de junio de 2021 por parte del Departamento de Policía de Los Ángeles, en la Calle 27 cerca de la Calle San Pedro, envió a 17 residentes y socorristas a hospitales, destruyó un camión de escuadrón antibombas y dañó 22 residencias, 13 negocios y 37 vehículos.
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Un año después del incidente, 18 familias seguían viviendo en habitaciones de hotel pagadas por la ciudad. Veintitrés personas de seis hogares habían sido reubicadas en viviendas permanentes. Ocho hogares más estaban listos para reubicarse y en busca de unidades asequibles.
La ciudad ha gastado más de $1.3 millones en alojamiento.
El concejal Curren Price, quien presentó la moción, señaló que “dado que varios residentes desplazados continúan viviendo en viviendas temporales, es necesario abordar las barreras que les impiden trasladarse a una vivienda permanente”.
La moción instruyó al departamento de vivienda a informar en 30 días sobre los consultores de reubicación que podrían ayudar a la ciudad a albergar permanentemente a los residentes.
Una investigación preliminar sobre la explosión realizada por el Equipo Nacional de Respuesta de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego y Explosivos encontró que el escuadrón antibombas de LAPD subestimó significativamente, según una evaluación visual, el peso del material explosivo que se cargaba en el camión de contención para su detonación.
Las familias desplazadas inicialmente fueron alojadas en moteles locales a través de la oficina de Price, que también estableció un fondo de emergencia de $1 millón, pero la ciudad alquiló más tarde 29 unidades de “vivienda corporativa” aptas para residencia a largo plazo.
