Tankamon George revisó sus mensajes de voz el miércoles por la noche en el negocio de masajes Sherman Oaks que posee con su esposo.
"Más de 20 clientes llaman, pero no podemos abrir", dijo George, quien también examinó un montón de facturas.
Su negocio, Angel's Massage, está al borde de la bancarrota como muchos otros negocios de cuidado personal en el condado de Los Ángeles, que todavía están cerrados bajo el nivel COVID-19 más restrictivo del condado.
"Si no iban a abrir a finales de este mes, íbamos a dejarlo todo", dijo su esposo Robert.
El anuncio del miércoles de los funcionarios de salud del condado de Los Ángeles no llegó demasiado pronto. Una orden de salud actualizada, que podría llegar el viernes, podría permitir que los servicios personales, incluidos tatuajes, depilación y masajes, reabran en el interior.
"Eso sería bueno, pero ahora mismo, no confío en ellos porque nos hicieron esto la última vez", dijo Robert, quien admite que no quiere hacerse ilusiones."Se dieron la vuelta y nos volvieron a cerrar a todos".
Rachel Bennett, una esteticista en Woodland Hills, instaló un nuevo salón de depilación en los últimos meses: una carpa al aire libre. Pero ella dijo que no puede esperar para volver a entrar. Explicó que el interior es donde debería estar su línea de trabajo.
"Realmente, nuestra licencia es que se supone que no debemos estar afuera", dijo Bennett.
"No es un espacio controlable para saber qué tan limpio está".
Durante los últimos meses, los servicios personales solo se pueden realizar al aire libre o en interiores con una nota del médico en el condado de Los Ángeles.
“Es muy difícil, los quiroprácticos abrieron y nosotros no”, dijo George.
Los dueños de negocios de masajes como los George sienten que sus servicios son igualmente esenciales.
"Es como si estuvieras viendo que toda tu vida se va por el desagüe, todo lo que soñaste: tu negocio".
