El exejecutivo legal Tom Girardi fue sentenciado el martes a siete años y tres meses de prisión federal por estafar a clientes bajo esquema piramidal o Ponzi por más de 15 millones de dólares.
Girardi, quien cumplió 86 años el martes, recibió la orden de entregarse para comenzar su condena de prisión el 17 de julio.
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MIRA AQUÍ GRATIS También se le ordenó pagar más de 2.3 millones de dólares en restitución y multas.
La sentencia se produjo un día después de que la jueza federal de distrito Josephine Staton declarara que, a pesar de la demencia relacionada con la edad de Girardi, lo sentenciaría a prisión en lugar de internarlo en un centro de cuidados a largo plazo.
Durante una audiencia de casi tres horas el lunes, Staton escuchó el testimonio de dos peritos médicos del gobierno y dos testigos de la defensa, y finalmente determinó que la Oficina de Prisiones de EE. UU. puede albergar y cuidar adecuadamente a Girardi a pesar de su deterioro cognitivo.
Girardi incluso subió al estrado y mostró confusión sobre el pasado y conocimiento de su entorno actual en el centro de Los Ángeles.
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SUSCRÍBETE Cuando uno de sus abogados, Sam Cross, le preguntó si había viajado recientemente, Girardi respondió con seguridad que acababa de "recorrer el país", asistiendo a una reunión de la "Academia Nacional" en Nueva York, con paradas en Oklahoma, donde dijo que tenía un "caso", y Buffalo, Nueva York.
De hecho, Girardi ha estado alojado en la sección de cuidados de memoria de un centro de vida asistida en el condado de Orange durante más de dos años, excepto las seis semanas que pasó a principios de año siendo evaluado psicológicamente en un centro federal de Carolina del Norte.
Al preguntársele dónde vive ahora, el exabogado inhabilitado respondió "Pasadena" y le comunicó a su abogado que, tras la audiencia, acudiría a su bufete Girardi Keese, que cerró hace al menos cinco años y se encuentra actualmente en proceso de quiebra.
Sin embargo, al ser preguntado sobre sus problemas actuales, respondió: "pérdida grave de memoria". El juez posteriormente utilizó esa declaración como prueba de que Girardi conservaba la conciencia de sí mismo y no había perdido por completo el contacto con la realidad.
En su argumento, Cross solicitó al juez que dejara a Girardi en el centro de vida asistida donde reside, en lugar de enviarlo a una prisión federal, donde el nivel de atención no sería adecuado para las necesidades de su cliente, según el abogado.
“Creemos que necesita tratamiento especializado”, declaró Cross al juez, añadiendo que el acusado es “frágil, mayor” y corre el riesgo de ser “explotado o se aprovechen de él” tras las rejas.
Sin embargo, Staton afirmó que el testimonio en video del lunes, tanto de un neuropsicólogo como de un psicólogo forense de la Oficina de Prisiones, junto con la aparente autoconciencia de Girardi, la convencieron de que Girardi puede ser sentenciado sin problemas en un centro de la Oficina de Prisiones.
“Será asignado a un centro apropiado”, concluyó el juez.
La fiscalía solicita que Girardi sea condenado a 14 años de prisión por sus condenas de agosto de 2024 por cuatro cargos de fraude electrónico.
Alguna vez considerado uno de los abogados más exitosos y prominentes del país, Girardi robó millones a sus clientes y gastó el dinero en jets privados, membresías en clubes de golf, joyas y en la carrera de su ahora exesposa, Erika Jayne, miembro del elenco de “Real Housewives of Beverly Hills”, según informaron los fiscales federales.
En una sentencia de decomiso, Staton ordenó a Girardi pagar casi 3,8 millones de dólares en restitución por perpetrar lo que la fiscalía denomina "un astuto plan de fraude contra los clientes perjudicados, a quienes juró proteger".
El robo de fondos de clientes de las cuentas fiduciarias de su bufete durante años y las innumerables mentiras que contó para encubrirlo representan una traición calculada y devastadora a las mismas personas que acudieron a él en busca de ayuda en sus momentos más difíciles, escribieron los fiscales.
Conocido anteriormente como defensor de los desvalidos en demandas colectivas contra corporaciones, Girardi representó a demandantes en varios casos de alto perfil, incluyendo la demanda civil de Bryan Stow contra las Grandes Ligas de Béisbol.
Stow fue el aficionado de los Gigantes de San Francisco que sufrió lesiones graves durante un brutal ataque en el estacionamiento del Dodger Stadium en 2011.
Girardi también representó a los demandantes en el caso de aguas subterráneas tóxicas contra Pacific Gas & Electric Co., que se dramatizó en la película de Julia Roberts, ganadora del Óscar en el año 2000, "Erin Brockovich".
Girardi fue condenado el verano pasado por dirigir el masivo plan de 10 años en el que, según la fiscalía, desvió al menos 15 millones de dólares de los fondos del acuerdo de cuatro clientes. Girardi no mostró ninguna reacción visible durante la lectura de los veredictos. Según todos los informes, padece cierto grado de demencia, pero se le consideró capaz de ayudar en su propia defensa durante el juicio, e incluso testificó.
Chris Kamon, de 51 años, exjefe de contabilidad del ahora desaparecido bufete de abogados de Girardi, Girardi Keese, fue sentenciado en abril a más de 10 años de prisión por permitir la malversación de millones de dólares de los clientes del bufete y por malversar fondos del propio bufete del centro de Los Ángeles.
Staton ordenó a Kamon entregar 3,1 millones de dólares a Estados Unidos como parte de su acuerdo de culpabilidad, tras declararse culpable en octubre de 2024 de dos cargos de fraude electrónico.
La esposa de Girardi, actriz y de quien estaba separado, solicitó el divorcio en noviembre de 2020 tras 21 años de matrimonio. Tras la separación, la pareja puso a la venta su casa en Pasadena por 13 millones de dólares. Jayne, de 51 años, no ha sido acusada en el caso contra su esposo.
Tras la inhabilitación de Girardi en 2022, el Colegio de Abogados del Estado de California informó haber recibido más de 200 quejas en su contra, alegándose que malversó fondos de acuerdos, abandonó clientes o cometió otras graves violaciones éticas a lo largo de sus cuatro décadas de carrera.
Girardi Keese se desplomó a finales de 2020 tras ser acusado en una demanda de malversación de fondos destinados a clientes que el bufete representaba en un litigio por un accidente aéreo en Indonesia.
Girardi se encuentra en proceso de quiebra, al igual que el bufete de abogados Wilshire Boulevard, ahora clausurado, que llevaba su nombre, y enfrenta más de 500 millones de dólares en reclamaciones.
