“Cuando hay un incendio y siento el olor a quemado, de inmediato pienso en la pizzería que perdí de un día para otro”. Así recuerda Walter Rosales los saqueos de 1992 en Los Ángeles, cuando el fuego consumió su restaurant recién abierto unos días antes.
Este viernes 29 de abril se cumplen 30 años de los disturbios en Los Ángeles en protesta al veredicto de absolución a los policías que golpearon a Rodney King al detenerlo.
Esa chispa de descontento social se regó y desencadenó saqueos e incendios en cientos de negocios, que dejaron $1,000 millones en pérdidas.
Uno de los perjudicados fue Rosales, quien tenía su negocio, Rafalo’s Pizza, cerca de las calles Normandie y Olympic en el área de Koreatown.
Cuenta que muchos vecinos, en su mayoría hispanos, al enterarse de los saqueos en las zonas cercanas, decidieron ayudar a proteger los negocios.
Uno de los comercios vecinos a la pizzería fue incendiado y el fuego se extendió al restaurante.
“Nos tocó recoger las monedas que quedaron tiradas de la rocola y de las máquinas de dulces. Eso y un horno fue todo lo que recuperamos del incendio”, cuenta Rosales.
Fue una pérdida total. Rosales no tenía asegurado su negocio, hacía poco había vendido su restaurante previo para invertirlo en su nueva pizzería.
“Quedé endeudado. Perdí mi casa en Hollywood por falta de ingresos”.
Después de 30 años dice que siente alivio de haberse recuperado. Cuenta que pidió un préstamo para salir a flote, pero no fue lo mismo.
Rosales, originario de Guatemala, pudo con los años volver a abrir Rafalo’s Pizza, hoy en día ubicada en La Brea y Hollywood Boulevard.
“Todo se superó con trabajo y con esfuerzo”, cuenta.
LOS HISPANOS DESPUÉS DE LOS SAQUEOS DE LOS ÁNGELES
Para algunos jóvenes de Los Ángeles en los noventa los disturbios fueron determinantes en sus vidas. “Definitivamente me marcó para dedicarme al servicio social”, recuerda Angélica Salas, directora de Chirla.
Salas era estudiante universitaria y junto a varios amigos decidieron ir a congregarse en una iglesia para ser parte de los debates en torno a la decisión legal.
Sin embargo, los disturbios les enredaron los planes pues muchos de sus amigos querían llegar al Sur de Los Ángeles para saber cómo estaban sus familias en medio del caos.
“Vivía en un piso alto del dormitorio de la universidad y desde allí vi la ciudad quemándose”, cuenta Salas.
Salas explica que a partir de los disturbios del 92 los latinos se hicieron visibles en Los Ángeles y comenzó la larga lucha por reivindicar los derechos civiles de la comunidad.
“No se entendía cuánta comunidad latina vivía en el condado y en el sur de Los Ángeles. A partir de allí comenzaron las detenciones masivas a los inmigrantes. Se empezó a destapar mucha de la experiencia de los hispanos con la policía, similar a la que pasaban los afroamericanos”, explica Salas.
Una de las consecuencias, que destaca la activista, es que empezó a aflorar un sentimiento antinmigrante y de deportaciones como castigo. En principio atizadas por las imágenes difundidas de algunos latinos saqueando negocios.
A partir de allí, se empezó también a trabajar en conjunto con otras minorías de Los Ángeles para resolver la discriminación social que padecían.
“Nuestras comunidades afroamericanas, latinas y asiáticas siempre han vivido juntas. Es la comunidad blanca la que está segregada del resto en sus sitios más lujosos”, comentó Salas.
Para Raúl Hinojosa-Ojeda, profesor asociado de estudios chicanos en UCLA, los hispanos también ganaron importancia política a partir de entonces. La comunidad fue ganando terreno en puestos políticos clave.
“El distrito más corrupto del LAPD estaba en la comunidad latina y los sucesos del 92 forzaron a muchos cambios. Se reforzaron las alianzas políticas entre los hispanos y afroamericanos”, comentó Hinojosa.
Destaca que uno de los logros es que hay representación latina en la política tanto local como estatal. “Nadie puede correr por un puesto político en California sin tener una plataforma por los latinos”.
Aunque todavía ambos activistas destacan que hay mucho por hacerse para que la comunidad latina cuente con más oportunidades económicas, educativas y políticas.