Inauguran paso transfronterizo para aeropuerto de Tijuana

Un sinfín de pasajeros se verán beneficiados de este puente que facilita el tránsito entre San Ysidro, del lado estadounidense, y Tijuana, del lado mexicano. Aquí detalles al respecto.

LOS ÁNGELES (California) - Uno de los dos únicos aeropuertos del mundo que abarcan dos países fue abierto en una división fuertemente fortificada que separa Estados Unidos y México.

Los primeros viajeros llegaron en un vuelo de Aeroméxico proveniente de la Ciudad de México al Aeropuerto Internacional de Tijuana -con décadas de existencia- y caminaron por un puente de 390 pies a una terminal nueva en San Diego que costó 120 millones de dólares.

Los clientes objetivo son el aproximadamente 60% de pasajeros del aeropuerto de Tijuana que vienen a Estados Unidos, de alrededor de 2.6 millones el año pasado. Hasta ahora, ellos viajaban en automóvil cerca de 15 minutos hacia un congestionado cruce terrestre, donde esperaban hasta varias horas para ingresar a San Diego en auto o a pie. El puente del aeropuerto representa una caminata de cinco minutos hacia un inspector fronterizo estadounidense.

"¡Qué diferencia!", dijo Elba Hernández, de 69 años, quien voló a Tijuana desde Guadalajara después de visitar a familiares y caminó por el puente del aeropuerto a San Diego, donde su hermana la recogió.

El único otro aeropuerto conocido por expertos de la industria que cuenta con un puente para cruzar a otro país está en la Unión Europea -entre Basilea, Suiza, y la región del Alto Rin en Francia-, pero no tiene la carga política de San Diego y Tijuana. Los mexicanos que atravesaron la frontera sin permiso abrumaron a la Patrulla Fronteriza hasta mediados de la década de 1990, cuando nuevas cercas y agentes adicionales anunciaron el comienzo de un fortalecimiento enorme en la seguridad fronteriza.

Cross Border Xpress, una de las terminales aéreas privadas estadounidenses de mayor tamaño, cobrará 18 dólares por pasajero por cruce. La mayor parte de ese ingreso será para pagar el salario de inspectores fronterizos de Estados Unidos.

Un grupo de inversionistas estadounidenses y mexicanos, entre los que está el multimillonario Sam Zell de Chicago, esperan ganar dinero a través de tiendas libres de impuestos, compañías de renta de autos, restaurantes y otras concesiones. La terminal ocupa menos de su terreno de 55 acres y la ciudad de San Diego aprobó la construcción de un hotel de 340 habitaciones, un centro comercial y una gasolinera para aprovechar el espacio restante.

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