Emotiva procesión en honor de la Virgen de Guadalupe

Cientos de católicos en Los Ángeles salieron a las calles para festejar a una de las figuras religiosas veneradas de México. Aquí los detalles.

LOS ÁNGELES (California) - Con una multitudinaria, festiva y colorida procesión y una misa celebrada al aire libre en el estadio del East College, los guadalupanos de Los Ángeles salieron a la calle para festejar y rendir homenaje a la Virgen de Guadalupe.

La 84ª edición de la fiesta guadalupana en Los Ángeles recorrió la Avenida César Chávez durante más de dos horas y tuvo lugar, como es tradicional, una semana antes del día de la Virgen de Guadalupe, el 12 de diciembre, para que en esa jornada cada comunidad pueda celebrarlo en su propia parroquia.

Grupos y compañías de todo tipo y procedencia desfilaron, rezaron y bailaron en una procesión que congregó a miles de mexicanos u originarios del país azteca en East Los Angeles, una de las zonas con mayor presencia latina de la ciudad.

Las carrozas decoradas con diversos motivos cristianos fueron las grandes protagonistas de la fiesta, con niñas caracterizadas como la virgen y niños interpretando el rol de ángeles bajo flores, estandartes e imágenes de la Virgen de Guadalupe.

Como si fueran retablos en movimiento, tampoco faltaron reivindicaciones sociales y políticas en las carrozas, como una que sostenía que "no hay fronteras para la Madre" y representaba a dos niños encaramados y separados por una verja bajo la mirada atenta de un agente de la policía migratoria.

Las agrupaciones de mariachi y las danzas rituales pusieron la nota musical al ritmo de maracas, tambores, guitarras, trompetas y hasta caracolas, mientras que a lo largo del recorrido se sucedían los puestos de jugos, tacos o papas.

Atuendos religiosos y formales acompañados de trajes rituales y vestidos coloridos y exuberantes, como los penachos de plumas aztecas, parecieron demostrar que en esta procesión estaba todo el mundo invitado, vistiera lo que vistiera, si se consideraba todo un guadalupano.

"¡Viva la Virgen de Guadalupe! ¡Viva Cristo Rey! ¡ Viva México!", se oyó cada poco tiempo por los gritos del público.

"Dios ha hecho mucho por mí en mi vida", dijo a Efe Marino Juan, uno de los muchos que se acercaron para "agradecer" a la Virgen de Guadalupe.
Juan cuenta que llegó hace 18 años a Estados Unidos desde Oaxaca (México), sin ninguna formación, y pidió a Dios que le diera un trabajo.

Ahora explica muy satisfecho que trabaja de jardinero y que con ese empleo puede mantener a su familia y llevar a sus niños al colegio, por lo que esta muy agradecido a la virgen "por su intercesión".

Más de la mitad del estadio del East College, con una capacidad para unas 20.000 personas, se llenó para la misa presidida por el arzobispo de Los Ángeles, José H. Gómez, que fue el broche final de la fiesta.

En los alrededores del estadio, Hugo Pimienta, procedente de México DF, vendía láminas de la virgen de conocida como la "morenita de Tepeyac".

Pimienta explicó a EFE que el hecho de que fuera una virgen de color sirvió para unir los ritos católicos e indígenas bajo un mismo culto y un mismo símbolo.

"Yo siempre digo que el 90 % de los mexicanos son católicos, pero que el 100 % de los mexicanos son guadalupanos", afirmó con una sonrisa, al destacar también que el papa Juan Pablo II la declaró en 1999 la patrona de América, un aspecto que en su opinión ayudó a que se popularice más allá de México.

En su homilía, el arzobispo Gómez pidió por la paz para el mundo y las familias y tuvo un recuerdo especial para las víctimas del tiroteo de San Bernardino, en el que murieron catorce personas el miércoles, y que el sacerdote definió como "una terrible tragedia".

Con un "¡Viva la Virgen de Guadalupe" eufórico y repetido hasta cuatro veces, el arzobispo cerró su sermón con el momento más aplaudido de la ceremonia junto al inicio de la misma, cuando se soltó una bandada de palomas que voló por el cielo soleado del estadio que, por un día, era tan angelino como mexicano.

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