CALIFORNIA — Casi siete años después de la muerte de Gabriel Fernández, un grupo de residentes del Valle del Antílope decidió pintar un mural con el rostro del niño hispano que fue torturado y asesinado por su madre y novio.
La cruel historia de su asesinato, en 2013, conmocionó no solo a California sino a nivel mundial a tal punto que Netflix lanzó un documental sobre esta historia.
Precisamente de ahí nació la idea del mural. Un grupo de artistas del Valle del Antílope se unieron para recordar al menor que fue brutalmente asesinado con la idea de que permanezca por siempre en el recuerdo de la comunidad.
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La obra de arte fue pintada este lunes a unos pasos de donde vivía el niño en Palmdale. Un árbol cercano ha sido el punto de reencuentro para aquellos que lo recuerdan.
Decenas de residentes han llegado allí a rezar y recordar al pequeño, quien fue plasmado como un ángel en el mural.
“La comunidad estaba sorprendida y algunos hasta lloraron. Fue algo muy bonito”, dijo Charles Magallanes, el artista que le dio vida a la idea.
“Por fin lo están recibiendo las manos de Dios. Ya no va a sufrir más”, dijo por su parte el artista Sergio Almanza.
