
Una mujer de Los Ángeles y su esposo llegaron a un acuerdo "en principio" en una demanda que presentaron contra una clínica de fertilidad en la que alegaban que ella dio a luz al niño equivocado en 2019, después de que los médicos le implantaran un embrión de un extraño durante un tratamiento de fertilización in vitro.
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Los abogados de los demandantes Daphna y Alexander Cardinale presentaron el martes ante el tribunal documentos con la jueza de la Corte Superior de Los Ángeles, Stephanie M. Bowick, que afirman que el caso contra el Centro de Salud Reproductiva de California con sede en West Hollywood y el Dr. Eliran Mor se resolvió.
“Las partes se complacen en informar que han llegado a un acuerdo en principio para resolver este asunto'', declararon los abogados de los demandantes en sus documentos judiciales, mientras pedían que se cancelaran todas las futuras fechas de audiencia.
Los documentos judiciales no divulgaron los posibles términos del acuerdo. En sus documentos judiciales, los abogados de los demandados cuestionaron las afirmaciones de los demandantes.
“No hay una acusación creíble de que el Dr. More estaba al tanto de que el embrión transferido a Daphna Cardinale había sido mal etiquetado o mezclado y no era su embrión'', declararon los abogados defensores en sus documentos judiciales.
En la demanda iniciada el 8 de noviembre pasado, la pareja sostuvo que el centro médico y Mor “de manera imprudente, negligente y/o con conocimiento, perdió o decidió activamente'' dar los embriones de la pareja a otra, ''mientras implantaba el embrión equivocado en Daphna''.
Según la demanda, cuando los Cardinales vieron por primera vez a su saludable hija recién nacida en septiembre de 2019, una de las primeras cosas que notaron fue que, a diferencia del resto de su familia, la bebé tenía una tez mucho más oscura y cabello negro azabache.
Las pruebas genéticas revelaron que el bebé que Alexander y Daphna recibieron y habían criado por meses no estaba relacionado genéticamente con ellos, según los abogados de la pareja. “Su bebé era el hijo biológico de completos extraños'', dijeron.
Las parejas finalmente intercambiaron bebés, dice la demanda. La demanda nombró como demandados a CCRH, Beverly Sunset Surgical Associates LLC, In VitroTech Labs Inc. y Mor, director médico de CCRH.
Los Cardinales desconocían en ese momento que Mor también era el propietario de In VitroTech Labs “y se dedicaba a la autonegociación de una empresa a otra'', alega la demanda.
La FIV es un procedimiento durante el cual los óvulos son fertilizados por esperma en un laboratorio, antes de ser implantado en el útero de una mujer.
“Pasar por la FIV es un proceso muy doloroso tanto física como emocionalmente, involucrando inyecciones, tratamientos hormonales, análisis de sangre, innumerables visitas al consultorio e incluso cirugía”, dijo Daphna Cardinale en un comunicado emitido el otoño pasado por el abogado de la familia.
“Llegamos a ello con una vulnerabilidad y una confianza increíbles en nuestro médico y en el proceso. En ese momento, no teníamos idea de que este gran potencial de alegría nos traería un dolor y un trauma tan duraderos. Después de descubrir la verdad de lo que le había sucedido a nuestra familia, me invadió el miedo, la traición, la ira y la angustia. Fue una tortura que me sacudió hasta la médula y cambió para siempre quién soy”.
Según la demanda, la otra pareja también llevó a término y dio a luz a una niña, la hija biológica de los Cardinales, y la crió durante meses antes de que se descubrieran y probaran los errores.
A raíz de los errores, los Cardinales ni siquiera sabían de la existencia de su hija biológica hasta los tres meses de edad, alegaron los demandantes.
“Pasó otro mes antes de que finalmente la trajeran a casa para
bien'', dijeron los abogados de la pareja.
“Mientras tanto, se vieron obligados a renunciar para siempre a la hija que Daphna dio a luz y con la que toda su familia se había unido irrevocablemente. Las consecuencias a largo plazo de este intercambio de bebés siguen atormentando a toda la familia”.
El 'dolor y el miedo' de los Cardinales no cesan con el reencuentro con su hija'', según sus abogados, quienes alegaron que tanto la pareja como su hija mayor sufrieron ''daños emocionales que les cambiaron la vida y que requirieron un tratamiento continuo de salud mental'' y graves problemas de salud física.
La pareja se conoció en 2002 y se casaron en junio de 2006. También tienen otra hija que nació en abril de 2014 después de ser concebida naturalmente, dice la demanda.