La Junta de Supervisores del condado de Riverside aprobó el martes una ordenanza para combatir los robos de convertidores catalíticos en áreas no incorporadas del condado.
Según el Ejecutivo, en 2022 hubo alrededor de 200 reportes de robos de convertidores en todo el condado, mientras que el número en lo que va del año en curso es 316, un aumento de 58%.
"Los robos de convertidores catalíticos han aumentado en más del 50 por ciento en las áreas no incorporadas en solo un año", dijo el presidente de la Junta, Kevin Jeffries, supervisor del primer distrito.
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La Ordenanza 987 penalizará a la persona que esté en posesión ilegal de un convertidor catalítico en las áreas no incorporadas del condado de Riverside. Ahora, la persona que posee esta herramienta tendrá que mostrar una prueba validad de propiedad.
Sin el rastro documental, una persona con un convertidor podría recibir una multa de entre $1,000 y $5,000, y posiblemente pasará hasta un año en la cárcel del condado.
Los convertidores catalíticos se utilizan para filtrar las emisiones y reducir la cantidad de contaminantes vertidos por automóviles y camiones. Están ubicados dentro del sistema de escape de un vehículo y cuestan un promedio de $1,200 cada uno.
Los componentes incluyen metales como paladio, platino y rodio, todos los cuales tienen precios por onza que oscilan entre $1,000 y $14,000. Los ladrones llevan los convertidores a chatarreros y los venden.
Antes de la nueva ordenanza, las autoridades no podían confiscar un convertidor catalítico que se encontrara retirado de un vehículo y en posesión de alguien, a menos que se pudiera identificar a la víctima, una tarea casi imposible de cumplir.
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