El condado de Los Ángeles no volverá a imponer un mandato universal de uso de tapabocas en sitios cerrados, anunció el jueves la directora de salud pública, Barbara Ferrer, citando una tendencia continua a la baja en los casos y hospitalizaciones de COVID-19.
Ferrer, dijo a los periodistas que el promedio diario de nuevos casos de COVID-19 en el condado de Los Ángeles durante la semana pasada fue de aproximadamente 5,900 por día, frente a los 6,750 de hace una semana.
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Había 1,239 pacientes con COVID-positivo hospitalizados hasta el jueves, frente a los 1,329 de hace una semana. Ferrer también señaló que la tasa diaria promedio de personas que dieron positivo con el virus se ha mantenido mayormente estable.
Según Ferrer, las cifras de nuevos contagios han ido en descenso de manera constante esta semana, "lo que podría indicar una tendencia a la baja en los casos". Dijo que las hospitalizaciones también han comenzado a disminuir "por primera vez desde mediados de abril".
La disminución de nuevos casos y hospitalizaciones probablemente también conducirá a la disminución de las muertes relacionadas con el virus, dijo.
Ferrer había dicho anteriormente que se impondría un nuevo mandato de uso de cubrebocas en interiores si el condado permanecía en la categoría de nivel de actividad viral "alto" según lo definido por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU durante dos semanas.
El condado ingresó a la categoría "alta" hace exactamente dos semanas cuando la tasa diaria promedio de nuevas admisiones hospitalarias relacionadas con COVID superó el 10 por cada 100,000 residentes
A partir del jueves por la tarde, los CDC aún situaban la tasa de admisiones hospitalarias por COVID del condado en 11,5 por cada 100.000, dijo Ferrer, pero esas cifras solo tenían en cuenta las cifras hasta el lunes. Sin embargo, el condado examinó las cifras hasta el miércoles, lo que situó la tasa en 9,7 por 100,000, lo suficiente como para que el condado volviera al nivel de actividad del virus "medio".
Ferrer dijo que esa cifra es "una buena razón para no seguir adelante" con un mandato de cubrebocas en sitios cerrados, aunque es probable que el condado permanezca oficialmente en la categoría "alta" de los CDC durante al menos otra semana.
Ferrer dijo el martes que si el condado se acerca al menos a los 10 por cada 100,000 residentes para el jueves, "desencadenaría una reevaluación sobre la necesidad de volver a implementar un mandato de uso de cubrebocas en interiores".
Destacó durante su presentación, sin embargo, que la transmisión del COVID-19 sigue siendo alto en todo el condado, y el virus sigue siendo una de las principales causas de muerte, matando a más personas en los primeros seis meses del año que las sobredosis de drogas, la gripe y los accidentes de tránsito combinados.
OPOSICIÓN AL USO OBLIGATORIO DE LOS CUBREBOCAS
Pero la idea de un mandato renovado de uso de cubrebocas en sitios cerrados ha generado oposición, incluso de la Federación Empresarial del Condado de Los Ángeles, que se pronunció la semana pasada.
El lunes de la supervisora del condado Kathryn Barger, quien dijo que cree en la efectividad de los tapabocas, pero no en los mandatos de su uso.
Barger repitió el martes que no cree que haya "datos empíricos" que demuestren que un mandato de máscara sea más efectivo que lo que hace el condado ahora, que recomienda encarecidamente los tapabocas.
"Me opongo rotundamente a exigir el uso de cubrebocas, porque realmente creo que tendrá el efecto contrario", dijo Barger.
Barger obtuvo el apoyo el martes de la supervisora Janice Hahn, quien dijo que teme que imponer un mandato universal "será muy divisivo para el condado de Los Ángeles".
“Honestamente creo que hay un número significativo de la población que no está dispuesta a aceptar mandatos de máscara en este momento”, dijo Hahn.
“Y muchos de ellos, los que me han contactado, señalaron que tenemos más herramientas ahora que al comienzo de la pandemia. Personalmente me preocupa que estemos perdiendo la confianza esta vez de una parte del público que ha estado con nosotros hasta este momento", agregó.
Hahn señaló que la ciudad de Beverly Hills anunció el martes que no hará cumplir activamente un mandato de máscara si se impone.
La funcionaria sugirió que el condado considere simplemente expandir la lista de lugares donde todavía se requieren cubrebocas para incluir supermercados y farmacias, en lugar de todos los espacios cerrados. Ferrer dijo que su departamento consideraría la idea.
Los cubrebocas todavía son obligatorios en los centros de atención médico, en vehículos de tránsito, aeropuertos, centros penitenciarios y albergues.
Un mandato universal extendería el requisito a todos los espacios públicos interiores, incluidos los espacios de oficinas compartidos, las instalaciones de fabricación, las tiendas minoristas, los eventos en interiores, los restaurantes y bares en interiores y las escuelas.
LAS CIUDADES QUE NO RESPETARÍAN UN NUEVO MANDATO
El martes por la tarde, las ciudades de Long Beach y Pasadena, que tienen sus propios departamentos de salud, separados del condado, anunciaron que no impondrán mandatos de máscara.
“El Departamento de Salud (de Long Beach) alienta encarecidamente a las personas a practicar la responsabilidad personal y las medidas de sentido común para protegerse a sí mismos, a sus seres queridos y a la comunidad en general del COVID-19”, según un comunicado de Long Beach.
"Se recomienda a las personas que se cubran cuando estén en lugares públicos, realicen pruebas rápidas antes y de tres a cinco días después de las reuniones sociales y elijan actividades al aire libre cuando sea posible".
Ambas ciudades dijeron que continuarían monitoreando la situación del COVID-19.
Los funcionarios de Pasadena dijeron que "considerarían las acciones de salud pública apropiadas para proteger a nuestra comunidad a medida que cambie la situación".
Si bien Ferrer admitió que un mandato de tapabocas universal podría retrasarse potencialmente en función de los números de casos y hospitalizaciones, se mostró en desacuerdo durante su presentación con lo que llamó "mitos y desinformación" que circulan en la comunidad, incluida la idea de que los mandatos de cubrebocas no funcionan, o que no hay datos que los respalden.
Ferrer reiteró los resultados de estudios que ha citado en el pasado, como uno de Pensilvania que encontró que los condados con mandatos de máscara tenían un 35% menos de infecciones por COVID-19 que aquellos que no lo tenían; y un estudio de Arkansas que encontró un 23% de tasas de casos más bajas en los distritos escolares con mandatos de uso de mascarillas.
También hizo referencia a números que muestran aumentos drásticos en los brotes de COVID-19 en el lugar de trabajo desde que el condado de Los Ángeles levantó su anterior mandato de uso de mascarillas, y un aumento en los brotes en las escuelas cuando se levantaron los mandatos de uso de mascarillas en los campus.
Además, volvió a señalar otros conocidos relacionados con la salud, como las leyes de no fumar, los requisitos del cinturón de seguridad y los mandatos de vacunación de larga data para que los niños asistan a la escuela.
La supervisora Sheila Kuehl arremetió contra las personas que se oponen a los cubrebocas, refiriéndose a ellos como "llorones de copos de nieve".
Según cifras estatales, hubo 1,286 pacientes con COVID-positivo en los hospitales del condado a partir del martes, frente a los 1,200 del sábado, las últimas cifras que estaban disponibles anteriormente. De esos pacientes, 134 estaban siendo tratados en cuidados intensivos.
El condado reportó 3,547 nuevos casos de COVID el martes, elevando el total acumulado de toda la pandemia a 3.272.097. Se anunciaron otras 17 muertes, elevando el número total de muertes a 32.654.
La tasa diaria promedio de personas que dieron positivo por el virus fue 14,9% a partir del martes.
