No habrá cargos para la oficial que atropelló a dos niños

El choque causó la muerte de los menores en Boyle Heights el año pasado.

La Oficina del Fiscal del Distrito del Condado de Los Ángeles no presentará cargos contra una oficial del alguacil cuya patrulla se estrelló y mató a dos niños en una acera en Boyle Heights el año pasado.

La agente Carrie Robles-Placencia, y una veterana con 11 años en el Departamento que la estaba entrenando respondían a una llamada que involucraba un asalto con arma de fuego, cuando impactó a los dos hermanos que regresaban a casa de la escuela con su madre, de acuerdo con una evaluación de cargos proporcionada por la Fiscalía.

Según el reporte, la patrulla, una camioneta Ford Explorer SUV 2015, tenía las luces de emergencia cuando atravesó la luz roja en la intersección de la calle Indiana y el bulevar Whittier, alrededor de las 7:25 de la noche del 16 de noviembre de 2017.

La patrulla viajaba aproximadamente a 14 mph cuando un auto Honda Accord chocó con ella y la hizo girar y golpear a otro auto que estaba parado.

La camioneta policial entonces aceleró aproximadamente a 22 mph después de chocar con el Accord, y el conductor se desvió para evitar a algunos peatones, pero se subió a la acera, donde golpeó a la familia, a otros dos peatones y un cesto de basura que salió proyectado contra alguien más.

José Hernández, de 7 años, murió en la escena, y su hermano de 9 años, Marco, sufrió heridas fatales que le causaron la muerte en el hospital. Su madre, Verónica Solís, se fracturó la pelvis y otros huesos.

Investigadores concluyeron que el accidente se debió a que Robles-Placencia ignoró el semáforo que estaba en rojo sin ambas luces ni una sirena para alertar a los peatones, calificando su acción “sin el debido respeto por la seguridad de todas las personas en la carretera”.

Sin embargo, los fiscales dijeron que se necesitaban más datos para probar incluso el delito menor de homicidio vehicular.

“Se requeriría que la gente probara que las acciones de Robles, bajo las circunstancias, equivalieron a negligencia criminal o negligencia ordinaria, y que hacer sonar su sirena era razonablemente necesario bajo las circunstancias'', concluyó la oficina del fiscal.

El documento también decía: “Es casi inconcebible pensar que Robles optó por acelerar y conducir sobre la acera voluntariamente''.

Ella pudo haber creído que estaba pisando los frenos, y se horrorizó al darse cuenta de que la camioneta estaba acelerando, señala el resumen.

Los fiscales dijeron que no tomarían ninguna otra medida.

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