Una de nuestras televidentes vio como le vaciaban su cuenta bancaria sin poder hacer nada al respecto, pues sin darse cuenta, les dio acceso a los estafadores.
Angustiante, así describe Andrea Rayas la experiencia que vivió, y es que, irónicamente creyó estar hablando con su banco para evitar que le robaran dinero, pero todo fue un fraude.
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Casi 10 mil dólares, años de ahorros se esfumaron en segundos.
“Una angustia tan fea que se siente. Te sientes inútil, porque no puedes hacer nada, nada más estaba viendo mi cuenta bajar y bajar. Estaba tan nerviosa e histérica, porque yo veía cada minuto, me quitaba mil, mil, y mil”, contó Rayas.
Rayas cuenta que todo comenzó inocentemente.
“Recibí un mensaje de alerta, diciéndome por texto que era Citibank, el Departamento de Fraude de Citibank, que si yo había tratado de hacer una transacción”, dijo Rayas.
Rápidamente respondió que no.
“Luego me mandaron otro mensaje diciendo que uno representante del banco me iba a llamar”.
Y en seguida, sonó su teléfono.
“Alguien está tratando de meterse a su cuenta de banco, y le pregunté, ¿pero, de dónde? ‘Se ve que es de Houston, Texas’”, contó.
El hombre, muy amable, le dijo que no se preocupara, iban a parar el robo, y le mando un enlace para “confirmar que era ella”, ingresando su nombre de usuario y contraseña.
“Te mandan una página de mentira, se veía igual a la de Citibank, la llené, y me dijo, ‘ok, te voy a mandar un código, y tú me lo repites’”, dijo.
Así, la señora Rayas le entregó sin darse cuenta el código de seguridad que el banco manda a sus clientes cuando alguien trata de entrar a la cuenta desde otro aparato, y entonces el estafador empezó a sacar el dinero, mandando pagos por Zelle. Andrea dijo que cuando recibió notificaciones de Zelle, él le dijo que no se preocupara, y presionara “Sí”, pues era parte del proceso, y ese dinero se le reembolsaría.
“Y pues puse si, y ahí estábamos en el teléfono casi 50 minutos”, dijo.
Rayas dijo que cuando colgó, sintió que algo no encajaba, así que trató de hablar directamente a su banco, pero no tuvo suerte. Así que fue en persona y ahí, se encontró a otras dos personas que le dijeron que lo mismo les había pasado. Hoy, Andrea cuenta lo que vivió, para tratar de evitar que siga sucediendo.
“Porque yo no quiero que nadie sienta la angustia que yo sentí”, dijo Rayas.
Recuerde que si le llaman presuntamente de su banco, o le mandan mensajes de texto, no responda. Cuelgue, y marque usted mismo el número de su institución bancaria para confirmar que sean ellos. La señora Rayas ya abrió un caso con su banco, y estamos apoyándola, y en espera de una resolución, pero no quisimos dejar pasar más tiempo, antes de compartir lo que le sucedió, para alertar a la comunidad.