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Muchos acuden a Pasadena desde lugares remotos solo para poder cenar al aire libre

Pasadena, al igual que los condados vecinos de Ventura y Orange, tiene su propio departamento de salud y los tres tomaron la decisión de mantener abiertos los restaurantes al aire libre.

TELEMUNDO 52

Christine Green manejó alrededor de 40 millas para disfrutar de un aperitivo en El Cholo Café el fin de semana de Acción de Gracias, en el patio al aire libre en Pasadena.

Green vive en Valencia, donde no se puede comer al aire libre, por lo que decidió hacer un viaje donde todavía se permite sentarse al aire libre. Y no es la única dispuesta a hacer el largo viaje.

Las aceras de Pasadena el fin de semana de Acción de Gracias están llenas de comensales al aire libre, muchos de los cuales provienen de lugares remotos del condado de Los Ángeles, que buscan una manera de relajarse y descansar después de unas vacaciones agitadas.

Como Green, muchos ya no pueden hacer eso de donde son, es por eso que viajan grandes distancias hacia Pasadena.

"También es poder apoyar a las empresas que lo necesitan, y eso es muy importante", dijo ella.

El socio operativo de El Cholo, Diego Fernández, dice que sus teléfonos comenzaron a sonar a mediados de la semana.

Fue entonces cuando entró en vigor la prohibición de comer al aire libre en el condado de Los Ángeles, cerrando todo menos la comida para llevar en todos los restaurantes.

Pasadena, al igual que los condados vecinos de Ventura y Orange, tiene su propio departamento de salud y los tres tomaron la decisión de mantener abiertos los restaurantes al aire libre.

Fernández dice que muchos de sus clientes son nuevos.

“Eso me dice que la gente viene de fuera de la ciudad”, dijo Fernández. 

Los funcionarios de salud del condado de Los Ángeles han informado de 4,544 nuevos casos de COVID-19 y 24 muertes más. Como resultado entrará en vigencia nuevas órdenes de seguridad este lunes.

Everaldo Muro y su esposa son dueños de El Metate Café.

“Tenemos gente que viene a comer aquí”, dijo Muro.

Muro espera que los forasteros, que viajan decenas de millas de los otros condados, puedan seguir apoyando su negocio.

Aunque los restaurantes que permanecen abiertos pueden ofrecer comidas en persona, solo pueden aceptar una fracción de lo que era normal.

“Tenemos como cuatro o cinco mesas y las mantenemos ocupadas. Al menos en la noche”, dijo Muro.

Aunque todos estos restaurantes pueden beneficiarse de los compradores del Black Friday que acuden a ciudades como Pasadena que aún mantienen sus negocios abiertos, para sentarse y comer después de visitar el centro comercial, la preocupación por la propagación del COVID-19 sigue presente.

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