La directora jubilada de una escuela primaria católica en Torrance, quien como monja hizo votos de pobreza, fue sentenciada este lunes a 12 meses y un día tras las rejas por malversar más de $835,000 fondos de la escuela para mantener un hábito de juego y otros gastos personales.
A Mary Margaret Kreuper, de 80 años, de Los Ángeles, también se le ordenó pagar $825,338 en restitución, según la Oficina del Fiscal Federal.
Kreuper se declaró culpable en julio de fraude electrónico federal y cargos de lavado de dinero.
Después de que se presentaron los cargos, sus abogados emitieron un comunicado diciendo: “La hermana Mary Margaret sufría de una enfermedad mental que nubló su juicio y la obligó a hacer algo que de otro modo no habría hecho. Ella lamenta mucho cualquier daño que haya causado”.
Kreuper reconoció que durante un período de 10 años, que terminó en septiembre de 2018, malversó $835,339 de la Escuela Católica St. James.
Como directora, cargo que ocupó durante casi 30 años antes de jubilarse, Kreuper era responsable del dinero que la escuela recibía para pagar la matrícula y las cuotas, así como las donaciones caritativas, según documentos presentados en la corte federal de Los Ángeles.
Cuando una auditoría amenazó con exponer el esquema, Kreuper ordenó a los empleados de St. James que destruyeran los documentos, según los fiscales.
Kreuper controlaba cuentas en una cooperativa de ahorro y crédito, incluida una cuenta de ahorros para la escuela y otra establecida para pagar los gastos de manutención de las monjas --que habían hecho voto de pobreza-- empleadas por la escuela, dijeron los fiscales.
Al desviar fondos malversados a cuentas secretas, Kreuper usó el dinero “para pagar gastos que la orden no habría aprobado, y mucho menos pagado”, incluidos grandes gastos de apuestas y viajes a Las Vegas, Lake Tahoe y Temecula, según ella dijo en el acuerdo de culpabilidad.
Además, admitió haber hecho creer la escuela St. James y a la administración que las finanzas estaban siendo debidamente contabilizadas y sus activos financieros protegidos adecuadamente, lo que le permitió mantener el acceso a las finanzas de la institución.
Los abogados defensores dijeron que Kreuper se convirtió en monja cuando tenía 18 años y durante los siguientes 59 años “dedicó su vida a ayudar a los demás y educar a los niños en las escuelas de la Arquidiócesis. Tan pronto como fue confrontada, aceptó toda la responsabilidad por lo que había hecho y cooperó plenamente con las fuerzas del orden y la Arquidiócesis”.
El juez de distrito de EEUU, Otis D. Wright II, dijo en la audiencia de declaración de culpabilidad del año pasado que fue criado como católico romano, “y fue educado por monjas. Y no veo a las monjas como personas comunes”.
El juez le dijo a Kreuper que esperaba que ella hiciera una declaración en el momento de la sentencia, y agregó: "No tengo que preocuparme por mentiras que provengan de usted”.
