Virgen de Guadalupe

Mujer atribuye a la Virgen de Guadalupe su recuperación tras quedar paralizada y en coma

Rosario Matla dice que estuvo un mes paralizada y en coma, sin esperanza por parte de los doctores, pero su familia no dudo en acercarse con fe y esperanza a los pies de la virgen María.

Telemundo

En pocos años se cumplen cinco siglos de las apariciones de la Virgen de Guadalupe y el milagro se viene sucediendo no solo en el Tepeyac, sino en todos los rincones donde se encuentran los fieles creyentes, donde se tiene la imagen, la fe, y sobre todo la devoción.

“A mi familia le decían que, pues, ya no había nada más que hacer y el doctor habló con ellos para que me desconectaran”, dijo Rosario Matla, devota de la virgen.

El COVID-19 puso a Matla a borde de la muerte. 

“Soy ese milagro de la vida”, dijo Matla.

Matla dice que estuvo un mes paralizada y en coma, sin esperanza por parte de los doctores, pero su familia no dudó en acercarse con fe y esperanza a los pies de la virgen María.

“Pues en ese momento entró el Santo Rosario con mi familia y ellos le empezaron a rezar y pues aquí estoy”, dijo Matla.

Ella despertó.

“Por medio de nuestra madre María Santísima”, agregó. “Gracias a ella yo ahora puedo caminar porque cuando salí del hospital yo no caminaba nada”, señaló Malta.

De la incredulidad a la devoción

La historia de la señora Guadalupe de Solano de Magaña fue diferente.

“A mí me inculcaron que solamente Dios, no hay santos, no hay Virgen”, dijo Guadalupe Solano de Magaña, devota de la Virgen de Guadalupe.

“Estuve tomando unas clases para consagrarme a nuestra madre y el día 8 de diciembre estaré consagrándome para ser esclava de ella”, dijo De Solano de Magaña.

La señora De Solano de Magaña fue inculcada en la religión sabatista, solo creyendo en Dios y no en la Virgen de Guadalupe.

“Mis respetos para la virgen, yo no me meto ni nada de eso, mira yo derechito con el señor. Yo le pido a él lo que yo necesite y hasta ahí”, dijo De Solano de Magaña.

Guadalupe, recién llegada a Estados Unidos, se había alejado de las creencias, pero una amiga le suplicaba que no se olvidara.

“Y cada vez que nos veíamos ella me volvía a repetir, ¿ya fuiste a misa? ¿Ya fuiste a la iglesia? 'No, le decía yo'”, contó De Solano de Magaña.

Además buscaba las maneras de acercarla a la virgen morena.

“Tú como te sentirías si vienes un día con tu mami a mi casa y yo te digo, Lupita, nada más puedes entrar tú, tu mamá no, tu mamá se queda afuera”, dijo De Solano de Magaña.  

Pero fue una noche que cambió todo. La amiga le recomendó un video sobre el rosario, lo escucho y sintiendo el corazón pesado, salió a buscar un cuadro de la virgen que había abandonado, y tuvo una revelación.

“Agarré mi cuadro, lo limpié, y yo le dije a mi madre, madre, mira como te tengo aquí olvidada”, dijo.

Pues hoy la historia es diferente, con flores, luces y veladoras, siempre a los pies de la santísima Virgen de Guadalupe.  

“Y desde ese día yo le dije que es mi madre, ya la acepté como mi madre”, dijo De Solano de Magaña.

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