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Marco Ramírez planea seguir lustrando zapatos en Union Station hasta que no pueda más

Marco Ramírez encontró un hogar para su negocio en Union Station hace ocho años y medio y planea continuar durante muchos años mientras vengan los clientes.

Los Ángeles Union Station es uno de los terminales de tren de pasajeros más grandes del lado oeste de los Estados Unidos. La estación fue construida en 1939 y fue un éxito cuando abrió.

Mucha gente de diferentes lugares usaban los trenes todos los días durante la Segunda Guerra Mundial.

A través del tiempo, la gente empezó a usar menos el tren. Los automóviles y aviones se convirtieron en un método popular de transporte.

Aun así, Union Station se mantiene firme y alto. Ahora es conocido como un lugar histórico que guarda muchos recuerdos del pasado.

Hoy en día, el transporte no es lo único que se puede encontrar en Union Station. Hay negocios dentro de la estación para acompañar el lugar histórico. Entre todos los negocios hay uno llamado SHOESHINE by Marco.

Marco Ramírez, un zapatero, tuvo la oportunidad de abrir un negocio de lustrado de zapatos en Union Station hace ocho años y medio.

En SHOESHINE by Marco, los clientes podrán encontrar un hombre entusiasta listo para ayudar a los clientes con sus zapatos. Ramírez ofrece tres tipos de servicios en su negocio: limpia, repara y vende zapatos.

“Si no voy a lustrar tus zapatos, voy a reparar tus zapatos y si no voy a reparar tus zapatos con una buena oportunidad voy a tratar de venderte un par de zapatos,” dijo Ramírez.

A Ramírez le tomó un buen tiempo llegar a donde está ahora. Pero lo logró con esfuerzo, trabajo duro y creando amistades a través de su camino.

Ramírez es del estado de Nayarit, México. Llegó a Estados Unidos cuando tenía nueve años en 1972. Su familia y él vivieron en el lado este de Los Ángeles, específicamente en Skid Row. Ramírez quería ayudar a su familia así que comenzó a trabajar desde muy joven.

Alrededor de los 13 o 14 años, él y unos amigos salían a la calle a lustrar zapatos para llevar algo de dinero a sus casas. En ese entonces, el servicio les costaba 50 centavos a los clientes. El salario mínimo para Ramírez era $2.50, pero dijo que él ganaba más que eso. No sabía por qué, pero el dice que tal vez es porque la gente vio a un niño tratando de ayudar a su familia.

A los 17 años decidió unirse al ejército. Estuvo tres años ahí y salió cuando tenía 20 años. Durante su tiempo en el ejército aprendió muchas cosas. Una de ellas fue cómo lustrar zapatos. Aunque ya sabía cómo hacerlo, él le ponía atención a sus instructores.

“No es que aprendas, es obligatorio que trates de lucir lo mejor posible”, dijo Ramírez.

Continuó usando esa habilidad después del ejército e hizo un trabajo con ella.

Después de un par de meses de estar fuera del ejército, consiguió un trabajo con Los Ángeles Athletic Club, un club privado, donde limpia zapatos. Tiene 40 años de estar trabajando en el club privado y dice que seguirá haciéndolo mientras pueda.

Mientras trabajaba en el club, también trabajaba en otros lugares. Trabajó como carpintero, recepcionista, ayudante de autobús y más. También tuvo la oportunidad de abrir su propio puesto de limpiabotas en diferentes lugares, como la torre de gas, el U.S Bank, uno de los edificios de Wilshire y más. Ha hecho un poco de todo, pero cuando Union Station lo eligió para abrir el negocio, dejó los otros trabajos y se enfocó en los dos.

Durante algún tiempo estuvo corriendo entre los dos trabajos. A veces hacía esto tres veces al día, pero todo cambió cuando llegó el COVID-19 en 2020.

COVID-19 afectó a Union Station y como todos los demás, los negocios en Union Station tuvieron que cerrar. Esto afectó drásticamente a Ramírez porque dependía de ambos trabajos.

Por un tiempo estuvo en casa, pero decidió buscar trabajo mientras esperaba que abrieran los negocios. Tuvo la suerte de encontrar trabajo rápido a través de las amistades que había construido en el club. 

Uno de sus amigos le dio un trabajo de medio tiempo en el departamento de carne del supermercado Big Saver. Trabajó por unos cuatro meses ayudando a los clientes con los productos y pedidos de carne. Durante este tiempo también trabajó como catering.

Finalmente, pudo reabrir el negocio en Union Station, pero no pasó mucho tiempo después de que tuvo que cerrar. Fue un momento difícil para él, pero aun así hizo lo que pudo con lo que tenía. 

Cuando las cosas comenzaron a volver lentamente a la normalidad, decidió solo ir dos veces al día a sus trabajos. Antes del COVID-19, tenía otro compañero que le ayudaba con el negocio, pero cuando regresó ya no estaba trabajando su compañero.

Sin embargo, lo ha hecho funcionar. Ahora, un día típico para él se ve así:

Comienza su día en el Athletic Club a las 7 a.m. y sale a las 9 a.m. y se dirige hacia Union Station. Ahí trata de quedarse hasta las 3 p.m. pero todo depende del día. Una vez que termina en Union Station, regresa al club y está ahí desde las 3:30 p. m. a veces a las 6:30 p.m.

El elige su propio horario, lo cual aprecia. Le gusta hacer lo que hace, por eso va y viene.

Ramírez no está en las redes sociales. Consigue a sus clientes a través de amigos y otros clientes. Reconoce que el negocio es lento, especialmente debido al COVID-19, pero esto no lo desanima porque a lo largo de los años ha desarrollado una clientela.

Estar en el centro del transporte de personas le ha permitido conocer a muchas personas de diferentes orígenes. Ha desarrollado muchas amistades a lo largo de los años. Para él, los clientes que siguen regresando a su negocio son clientes que se convierten en amigos a largo plazo.

“Mientras los clientes sigan viniendo, seguiré regresando,” dijo Ramírez.

Ramírez se siente bendecido por haber hecho las amistades que tiene a lo largo de los años a través de su negocio.

SHOESHINE by Marco se puede encontrar dentro de Union Station, junto a Starbucks y Wetzel's Pretzels.

Él está ahí de lunes a viernes. El costo comienza de $8 y arriba.

Por el momento, no tiene planes de retirarse de ambos trabajos.

“Si Dios quiere, mientras tenga salud y pueda mover mis manos y romper el trapo, estaré aquí,” dijo Ramírez.

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