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Jóvenes indigentes enfrentan otro problema: clases virtuales

“Lo único que quisiera es tener un lugar donde estar con mis dos niñas, y volver a ser una familia como antes”.

Telemundo

Durante la pandemia miles de estudiantes siguen batallando, obligados a tomar sus clases por internet pero para estudiantes que no tienen hogar, los problemas son aún más grandes.

Ese es el caso de una madre y su hija que viven en extrema pobreza y hasta cosas tan sencillas, como enchufar su computadora escolar se complican si no hay electricidad.

En la cuadra de la calle 103 en Watts, frente a una iglesia,  está  un “camper”, y es ahí donde vive Silvia Valencia y su hija menor, que afirman ver llegado ahí tras un desalojo.

“La señora que nos rentaba nos pidió el cuarto, porque no quería tenerme ahí porque mi hija ya era mayor de edad y no la quería ahí, y todo esto era cuando estaba pasando lo de la pandemia, y nos corrió en esos meses”, dijo Valencia.

Valencia llegó a este país hace más de 20 años, y dijo que ella y  sus dos hijas eran inesperables.

“Mis dos hijas son nacidas aquí, una tiene 19 años y la otra tiene 14”, señaló Valencia.

“Si me sentí un poco mal de todo lo que estaba pasando, que mi mamá trabajaba mucho para sacarnos adelante, y después ya no pudo”, dijo Mariana Valencia, hija menor de Silvia.

La hija mayor se vio obligada a vivir con otra familia.

“Me habla y me habla llorando, te extraño”, dijo Valencia.

La señora Valencia y Mariana tienen aproximadamente dos meses viviendo en el “camper” y pagan $350 dólares de renta.

El pequeño espacio cuenta con un baño y una cama, una cocina y otra cama para la señora Valencia, y no hay electricidad ni agua potable.

Y dentro del espacio limitado es donde Mariana se pasa la mayor parte del día, tratando de cumplir con sus clases virtuales, el problema principal, porque no tienen luz.

Valencia padece del corazón y baja presión, y las circunstancias no le ayudan, pero de vez en cuando llegan buenos samaritanos con productos básicos.

“[Aquí hay] una caja donde viene arroz, frijoles, pasta”,  dijo José Antonio Benavides, Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Valencia agradece la ayuda, pero su mayor deseo es   es volver a ser una familia bajo un mismo techo.

“Lo único que quisiera es tener un lugar donde estar con mis dos niñas, y volver a ser una familia como antes”.

“Buscar un lugar donde podamos estar nosotras dos bien, sin tener que preocuparnos por nada, porque es lo único que me queda, mi mamá”, dijo la hija de Valencia.

La señora Valencia dijo que está sobreviviendo gracias a los beneficios de desempleo que está recibiendo su hija mayor.

Telemundo 52 se comunicó con la oficina del supervisor Mark Riddley- Thomas para preguntar si existía algún tipo de ayuda para la familia Valencia, pero hasta el momento siguen investigando.

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