El caso de un adolescente salvadoreño que entró solo a Estados Unidos acaba de recibir su residencia, y está siendo visto como un ejemplo para que muchos menores no pierdan su proceso de inmigración.
A un año de haber sido aprobada su petición de asilo, César Mejía, de 17 años, recibió el jueves de manos de sus abogados su tarjeta de residente legal.
“Hay muchas cosas por las que estar muy agradecido sobre esto. Ya no tener el temor de ser deportado. Ya no tener el temor de salir a la calle”, señaló Mejía.
Cuando tenía 14 años, César nos comentó que viajó solo a Estados Unidos para reunirse con su papá y huir de las amenazas que recibía en su país natal El Salvador.
“Salir del medio de las pandillas y no querer estar involucrado en esos actos, creo que fue algo que me motivó para salir por mi propia voluntad”, dijo Martínez.
Al llegar solo a este país en el 2016, estuvo mes y medio en un centro de detención de donde su padre, Héctor Mejía, lo sacó y de inmediato sometió una petición de asilo.
“Los papás a veces no tienen estatus legal en este país, son inmigrantes y tienen miedo, así que mucha gente se lleva a sus hijos a otros estados y pierden las cortes”, informó Denise Cabrera, abogada de la familia Mejía.
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Según los abogados, este caso debe servir de ejemplo porque Héctor nunca dejó de seguir el proceso de inmigración abierto para su hijo.
“Nos mantuvimos en la incertidumbre de que a lo mejor el caso no lo aprobaban, aun sabiendo que ya teníamos un asilo”, dijo Héctor.
La residencia permanente ahora le abre a César el camino a la ciudadanía en cinco años, y también ayudará a su familia…
“Ahora César va a poder ayudar a su papá a ser el patrocinador que necesitamos para su caso”, afirmó la abogada.
