Harvest Rock Church, con sede en Pasadena, perdió su candidatura para una orden de emergencia que anula la prohibición del gobernador Gavin Newsom de cantar y realizar servicios religiosos en lugares de culto cerrados, promulgada para combatir la propagación del coronavirus, según documentos judiciales obtenidos este viernes.
La iglesia, que también tiene lugares de culto en Corona e Irvine, solicitó una orden de restricción temporal y una orden judicial preliminar en julio, alegando que la prohibición estatal del gobernador viola la cláusula del derecho a la libertad religiosa de la Primera Enmienda, y las “preciadas libertades por las que tantos han luchado y muerto ''.
El juez federal de distrito Otis D. Wright II denegó la moción en la corte federal de Los Ángeles y la iglesia apeló al Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito de los Estados Unidos, que rechazó la solicitud en un fallo de 2 a 1 el jueves.
La mayoría del panel sostuvo que las restricciones de salud del estado sobre las iglesias no discriminaban la expresión religiosa.
Las órdenes de California se aplican a los servicios de adoración al igual que a otros eventos en interiores, como conferencias y cines, de acuerdo con la orden de apelación, mientras que algunas actividades están “completamente prohibidas en todos los condados, como asistir a conciertos y eventos deportivos (de espectadores)”.
Liberty Counsel, un bufete de abogados de Florida que defiende las iglesias evangélicas, presentó el caso en nombre de Harvest Rock Church y Harvest International Ministry y ahora planea presentar su escrito sobre los méritos de la solicitud de una orden judicial preliminar, que sigue sin decidir por el panel de apelación. .
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Mat Staver, fundador y presidente de Liberty Counsel, dijo que la iglesia está agradecida por el voto en contra del panel y espera “la próxima ronda en el Tribunal de Apelaciones sobre todos los méritos de nuestra solicitud de bloquear las violaciones de la Primera Enmienda. Si bien el virus no discrimina entre reuniones religiosas y no religiosas, el gobernador Newsom sí lo hace”.
Aunque la Iglesia Harvest Rock dice que alienta a los feligreses a distanciarse físicamente, usar cubiertas para la cara y controlar sus temperaturas, ha realizado servicios en interiores durante el verano.
En un servicio dominical en julio que se transmitió en vivo en YouTube, el pastor de Harvest Rock, Che Ahn, pidió a los felhttps://www.telemundo52.com/noticias/local/pastor-realiza-servicios-en-el-interior-de-su-iglesia-a-pesar-de-ordenes-de-salud/2105430/igreses que oraran para ganar el caso, que describió como una batalla contra las “fuerzas demoníacas que intentan cerrar la iglesia en Estados Unidos”.
La oficina de prensa de Newsom se negó previamente a comentar sobre la demanda.
Las pautas emitidas por el Departamento de Salud Pública del estado, a través de Newsom, desalientan el servicio o cánticos en interiores debido al temor de que aumente la propagación de gotitas respiratorias, aumentando así el riesgo de propagación de COVID-19 entre la multitud.
La iglesia sostiene que en tiempos de "problemas y angustia", los feligreses "deben cantar al Señor aún más y cantarle en voz alta", según su demanda de 74 páginas.
Staver alega que las pautas de salud pública apuntan injustamente a los lugares de culto sobre otras instituciones porque Newsom apoyó las protestas por la muerte bajo custodia de George Floyd y la brutalidad policial que incluyeron cánticos durante la pandemia.
“El gobernador no puede reclamar un interés convincente, legítimo o incluso racional en sus órdenes cuando ha permitido y alentado reuniones masivas de miles de manifestantes para participar en la misma actividad que, según él, representa un peligro masivo para California si se lleva a cabo en las iglesias de los demandantes.'', dice la demanda.
Harvest Rock, que tiene 162 iglesias miembros en todo el estado, incluidos campus en los condados de Los Ángeles, Orange y Riverside, alega que “no puede cumplir con su ministerio vital y sus creencias religiosas sinceras sin reunirse en persona, y que no puede participar de manera efectiva en su libre ejercicio de religión protegido constitucionalmente en Internet”.
Una demanda similar presentada por tres lugares de culto en Southland fue presentada en abril en Los Ángeles contra Newsom y el fiscal general del estado Xavier Becerra.
Considerado un servicio no esencial, las iglesias cerraron en marzo en medio de las órdenes de Newsom de quedarse en casa. Posteriormente, se suavizaron las restricciones y se aprobó que los lugares de culto recibieran a los fieles, siempre que siguieran las pautas de salud y seguridad que limitaban la asistencia.
Los servicios en persona están permitidos si se siguen las medidas adecuadas, incluido el distanciamiento social y el uso de máscaras, y todos los lugares de culto deben limitar la asistencia al 25% de la capacidad del edificio o un máximo de 100 asistentes.
La iglesia sostiene que el no reunirse en persona para los servicios religiosos de adoración "es desobediencia al Señor por lo cual (la iglesia) será responsable divinamente".
