
La Fiscalía del Condado de Los Ángeles declaró el viernes, en un documento judicial, que no existían razones legítimas para destituir a la oficina de su función en las audiencias de resentencia de Erik y Lyle Menéndez, quienes han estado presionando para que se reduzcan sus condenas de cadena perpetua sin libertad condicional por el asesinato de sus padres.
"La defensa ha decidido eludir el tema central de la resentencia y, en su lugar, tomar la drástica y desesperada medida de intentar recusar a toda la Fiscalía del Condado de Los Ángeles", decía la respuesta.
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El abogado principal de los hermanos, Mark Geragos, exigió la destitución del fiscal tras plantear varias cuestiones que Geragos consideró prueba de que el fiscal electo Nathan Hochman y todos sus empleados estaban demasiado conflictuados o eran parciales para manejar la audiencia de resentencia de manera justa.
"Todo el argumento de la defensa sobre la recusación se reduce a que no está satisfecha con la postura actual del fiscal de distrito sobre la resentencia", escribieron los fiscales del caso Habib Balian, Ethan Milius y Seth Carmack en el documento.
"Este argumento desesperado podría funcionar en una entrevista de prensa, pero fracasa en un tribunal basado en un sistema de justicia adversarial", dijeron.
El juez del Tribunal Superior de Los Ángeles, Michael Jesic, tiene previsto escuchar la solicitud de Geragos en una audiencia el 9 de mayo.
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El intercambio de opiniones entre la fiscalía y la defensa se produjo tras un contencioso procedimiento judicial el mes pasado, en el que la fiscalía del condado de Los Ángeles se opuso enérgicamente a la resentencia de los hermanos, quienes cumplen cadena perpetua sin libertad condicional tras dos juicios por asesinato hace tres décadas. El juez decidió seguir adelante con el proceso de resentencia, a pesar de las afirmaciones de la fiscalía de que los hermanos asesinaron a José y Kitty Menéndez por una herencia multimillonaria y no han admitido haber mentido durante los juicios ni han asumido la plena responsabilidad del crimen.
Los abogados defensores afirman que los hermanos actuaron en defensa propia tras años de abuso sexual por parte de su padre.
Erik, de 54 años, y Lyle, de 57, Menéndez tenían 18 y 21 años, respectivamente, cuando fueron sentenciados por un delito que captó la atención del público, que se renovó con el estreno del drama de Netflix "Monsters: The Lyle and Erik Menéndez Story" y el documental "The Menéndez Brothers", estrenado en el otoño de 2024.