Fiestas crean conflicto en vecindario de Compton

Se han quejado con las autoridades pero éstas no han hecho nada el respecto.

Residentes de un vecindario de Compton se quejan de las fiestas que organiza uno de sus vecinos desde hace varios años.

Las denuncias a las autoridades no han dado resultado y la celebraciones continúan, muchas veces hasta altas horas de la madrugada.

“El vecino que se dedica a hacer fiestas privadas, para adolescentes así como para quinceañeras, bodas bautizos, frecuentemente hasta las 4, 5 de la mañana”, comenta Armando Arredondo, uno de los afectados.

Al parecer el vecino, a quien Arredondo identificó como Benedicto Reyes, alquila su casa ubicada en el 1943 al este de la Calle 130 para las fiestas privadas. Estos eventos incluyen bandas y música en vivo a las que asisten unas 300 personas y en donde se consumen bebidas con la presencia de menores de edad.

"Salen jóvenes tomados, se pelean en la calle”, dice María Arredondo. “Hemos visto condones tirados en la calle, mucho relajo y lo que no queremos es que nuestros hijos estén mirando esos malos ejemplos”.

Sin embargo, María Armenta, esposa de Benedicto Reyes, rechaza las declaraciones de Arredondo y dio su versión de los hechos.

“El señor es un mentiroso. Nosotros nunca hacemos fiestas a más tardar de la 1 de la mañana”,”, dice Armenta. “Si acaso han venido 100 o 150 personas que son amigos de nosotros o invitados de las misma personas que nosotros mismos hemos invitado”.

Los Arredondo han recolectado decena de formas de vecinos inconformes y han llevado la denuncia hasta la Corte Superior de Los Ángeles en donde un juez ordenó a Reyes limitar las fiestas a un máximo de seis por mes y que terminen a la 1 a.m.

Sin embargo, los vecinos alegan que ninguna de esas condiciones ha sido respetada.

“Hemos buscado ayuda con los autoridades, con el supervisor, el concejal, con el sheriff”, dice Armando Arredondo. “Desgraciadamente hasta hoy no nos han podido ayudar. Para ellos no existe ley no existe nada".

La familia Arredondo exige que se aplique la ordenanza aprobada recientemente por la Junta de Supervisores del condado de Los Ángeles que prohíbe fiestas privadas y que contempla multas de hasta 8,000 dólares.

Armenta destaca que allí no se consume alcohol o drogas y que las fiestas no son con fines de lucro sino estrictamente familiares. Añadió que el juez les había dicho que estaban en su derecho de traer el tipo de música que quisieran y realizar las fiestas cuando lo desearan.

“Voy a llegar hasta las últimas consecuencias. Lo voy a demandar por difamación”, séala Armenta

Telemundo 52 trató de obtener la opinión de otros vecinos pero esos optaron por mantenerse al margen del problema.

"Todos los vecinos están de acuerdo, pero desgraciadamente todos tienen temor y miedo a las represalias que les vayan a hacer”, dice Armando Arredondo.

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