La última vez que Luis Cuadrado hablo con su madre fue hace 30 años, cuando le dio la bendición antes de partir de su pueblo natal, San Juan Nuevo, a Estados Unidos.
Pero, después de tres décadas, Cuadrado pudo reencontrarse con su progenitora en Rialto, a través del programa Palomas Mensajeras, del Gobierno del Estado de Michoacán.
“Como que es un sueño que un momento voy a poder ver a mi madre después de 30 años que no la miro”, dijo Cuadrado, con un nudo en la garganta, mientras esperaba que el bus que la traía a ella y a otros 37 ancianos llegara a su destino.
El programa ofrece a los ancianos el apoyo para tramitar las visas para visitar a sus hijos y. muchas veces, conocer a sus nietos. Una vez obtenido el permiso para viajar a Estados Unidos, se quedan en el país unas tres semanas.
A través del programa. María Rivera pudo abrazar a su padre después de 13 años de ausencia. Sin embargo, se quedó con la tristeza de no poder recibir a su madre, ya que ella murió hace nueve años.
“Mis hijas tenían ganas de conocer a su abuelito y pues, gracias a Dios, aquí está con nosotros”, dijo Rivera.
Palomas Mensajeras logra que la inmigración y estar lejos de casa sea menos dolorosa con esta reunificación familiar.