Un estudio de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) subraya el desigual impacto del COVID-19 por raza y etnia.
El reporte publicado el lunes subrayó que afroamericanos y latinos que viven en Los Ángeles, al igual que en Nueva York, tienen el doble de probabilidades que los residentes blancos de morir por COVID-19, y pide más protecciones para trabajadores esenciales y asistencia económica ampliada para comunidades de pobreza.
Los barrios con altos índices de pobreza en ambas regiones informaron sobre las tasas más altas de casos de COVID-19 y muertes relacionadas, según el estudio publicado por la UCLA Latino Policy and Politics Initiative.
Dos razones importantes para las tendencias son que los afroamericanos y los residentes latinos en ambas áreas metropolitanas dependen más del transporte público y es menos probable que puedan ganarse la vida mientras trabajan desde casa, poniéndolos en mayor riesgo de exposición al virus.
Sonja Díaz, directora fundadora de la iniciativa política, dijo que se debe de hacer más para proteger a los residentes.
“Ahora estamos a siete meses de la pandemia y estamos comenzando a tener información clara sobre los desproporcionados impactos económicos y en la salud que enfrentan”, dijo Díaz. “Es hora de abordar las maneras específicas en que el COVID-19 perjudica a las familias latinas y afroamericanas y así poder proteger a nuestras comunidades más vulnerables a medida que el virus surge en todo el país”.
Los investigadores de UCLA calcularon que la tasa de mortalidad en el condado de Los Ángeles era 54 por 100,000 para residentes latinos y 46 por 100,000 para residentes afroamericanos, comparado con 23 por 100,000 para los residentes blancos.
Local
En la ciudad de Nueva York, las tasas de muerte fueron de 247 por 100,000 para los residentes latinos, 237 por 100,000 para los residentes afroamericanos, y 120 por 100,000 para residentes blancos, según las conclusiones del estudios.
Los nativos de Hawái y otros isleños del Pacífico en el Condado de Los Ángeles están casi siete veces en riesgo de infectarse en Los Ángeles y morir a casi cinco veces la tasa de residentes blancos.
Los autores recomendaron que las ciudades con grandes poblaciones de
los residentes vulnerables se mueven para implementar de inmediato seis medidas recomendadas:
- Ampliar las pruebas para comunidades de color de bajos ingresos;
- Proporcionar acceso a servicios de salud y alimentos saludables para personas de bajos ingresos.
- proporcionar estaciones de desinfección de manos y máscaras gratuitas en transporte público;
- Ampliar el acceso a la atención médica y la licencia por enfermedad remunerada para los trabajadores esenciales;
- Aumentar el acceso a los servicios de telesalud para los residentes de bajos ingresos y los no asegurados para salvar la falta de atención médica; y asegurarse de que se esté proporcionando información precisa sobre raza y etnia para recopilar mejor información y dar a conocer a los funcionarios electos y las autoridades de salud pública sobre el impacto de COVID-19 en las comunidades de color.
“Los trabajadores esenciales arriesgan sus vidas todos los días para que la economía siga funcionando y nuestras familias se alimenten, pero se están enfermando”, dijo Laura Martínez, autora principal del informe y becaria postdoctoral de UCLA en Obstetricia y Ginecología.
“Los datos muestran claramente que lo peor de la pandemia está afectando a nuestras comunidades más vulnerables y nuestros líderes gubernamentales deben tener en cuenta las necesidades específicas de los residentes afroamericanos y latinos”.
Los investigadores dijeron que los hogares de bajos ingresos, que pueden carecer de acceso a internet tienen un dominio limitado del inglés y corren el riesgo de no obtener información crítica de salud y precauciones.
Alrededor del 11 % de los residentes del Condado de Los Ángeles no tienen seguro, lo que dificulta el acceso a la atención cuando se enferman.
Los impactos relacionados con la edad difieren en las dos regiones, aunque el pico de Nueva York la incidencia del coronavirus hasta la fecha ocurrió meses antes que los números más altos del Condado de Los Ángeles,
que aún no han alcanzado su punto máximo.
Los residentes más jóvenes del condado, entre las edades de 18 y 40, mostró la tasa más alta de infección según los datos hasta el 20 de julio. En Nueva York, los residentes mayores de 45 años fueron los más afectados.
El estudio también concluyó que los hombres en ambas áreas metropolitanas tenían una mayor tasa de infección que las mujeres, mientras que otros estudios han concluido que los hombres también parecen sufrir síntomas más severos.
El informe completo está disponible aquí.
