El condado de Riverside corre el riesgo de ser trasladado nuevamente al nivel púrpura del marco de regulación del coronavirus del estado debido a un repunte en los casos positivos, pero los funcionarios locales convencieron al Departamento de Salud Pública de California de que dejara el condado como está según una revisión, anunció el martes la Junta de Supervisores.
“Agradecemos al Departamento de Salud Pública (CDPH) por trabajar con el condado de Riverside y otorgarnos esta extensión de una semana para poder avanzar en nuestras métricas'', dijo el presidente de la Junta de Supervisores, Manuel Pérez. “Muchas personas han sido despedidas, han perdido sus trabajos o han tenido que cerrar sus negocios, especialmente en el condado de Riverside. Pido que todos hagamos nuestra parte y sigamos cumpliendo con las precauciones de seguridad”.
El jefe de CDPH, el Dr. Mark Ghaly, dijo durante la sesión informativa de COVID-19 del martes que la agencia está “trabajando con el condado de Riverside, analizando sus datos, asegurándose de que los entendamos bien y que tengamos una buena conversación con ellos para asegurarnos de que sean precisos antes de tomar más decisiones”.
Dijo que se realizarán análisis a lo largo de la semana para ver qué ajustes, si los hay, se necesitan en los flujos de datos actuales.
El sistema de niveles codificado por colores del gobernador Gavin Newsom se basa en los umbrales de prueba, las tasas de positividad de casos y las llamadas métricas de "equidad" para determinar cómo se debe clasificar un condado. El condado de Riverside pasó del nivel púrpura más restrictivo al nivel rojo menos restrictivo el mes pasado.
La semana pasada, la junta votó a favor de un plan autodirigido para desregular la economía local, pero sigue en gran medida las pautas estatales.
El nivel rojo permite que algunas empresas de interior reanuden sus operaciones con capacidades limitadas. Para más información, puede hacer clic aquí.
Según el CDPH, el condado ahora tiene un recuento de casos de COVID-19 por día de 8.1 por cada 100,000 personas, pero se ha ajustado a 9.2 por 100,000 porque los umbrales de prueba están por debajo de lo que prefiere el estado. Generalmente, una jurisdicción debe caer por debajo de un recuento diario de 7 por 100.000 para calificar para el nivel rojo.
Por otro lado, la tasa de positividad de las pruebas del condado es del 5,9%, que se encuentra dentro de los criterios del nivel rojo.
El supervisor Kevin Jeffries dijo la semana pasada que el estado colocaría al condado en una situación insostenible y probablemente haría que los residentes y negocios se volvieran “locos” si hubiera una re-designación hacia atrás en el esquema de niveles, principalmente porque la temporada de compras navideñas es cerca, y el nivel púrpura podría obligar a las empresas actualmente abiertas a cerrar nuevamente.
El director de Manejo de Emergencias (EMD), Bruce Barton, le dijo a la junta la semana pasada que las hospitalizaciones relacionadas con el virus se habían “estabilizado” durante el mes anterior, y el recuento de pacientes disminuyó y fluyó entre 120 y 140.
El EMD dice que 146 están ahora hospitalizados, uno más el viernes. Esa cifra incluye a 42 pacientes de la unidad de cuidados intensivos, tres más que al final de la semana pasada.
Todos los recuentos de hospitalizaciones por COVID-19 están actualmente en los niveles informados en abril o por debajo de ellos.
La votación de la junta la semana pasada sobre un plan autodirigido buscó un enfoque modificado para reabrir los sectores económicos, adhiriéndose a las pautas de seguridad de la salud del CDPH, pero dando al director ejecutivo del condado, George Johnson, la autoridad para relajar las regulaciones de salud pública que afectan a las empresas y otras entidades en un horario que queda fuera los mandatos del estado, si así lo desea.
Johnson expresó su deseo de seguir las directivas estatales porque el condado podría perder más de $100 millones en subvenciones de ayuda.
