Kobe Bryant se apegó mucho a la cultura hispana a través de su esposa Vanessa, quien lo introdujo a la gastronomía mexicana. Es por ello que siempre frecuentaba un restaurante mexicano en Fullerton.
Los empleados y clientes de Camino Real lamentan la desaparición de esa exestrella de los Lakers. Todos los presentes en el lugar, la tarde y noche de ese domingo, no daban crédito a lo ocurrido.
Durante varios años, Camino Real fue uno de sus lugares favoritos para disfrutar de unas ricas tostadas de carne asada.
El lugar, cuenta el administrador, se convirtió en el sitio en donde convivía con todos los empleados a los que trataba como amigos y a quienes nunca les negó una foto, un saludo o un autógrafo.
Kobe Bryant
“Siempre nos saludaba y si alguien le pedía una foto nunca decía que no”, cuenta Marta Castaneda, quien lo conoció en persona “Siempre fue muy amable. Lo vamos a extrañar”.
Los clientes del restaurante recuerdan haberlo visto en varias ocasiones y, aunque sabían quién era, solo lo saludaban y lo dejaban comer tranquilo.
Los veíamos con frecuencia”, cuenta Kelly Alesi, otra cliente del lugar. “Se sentaba en la mesa y todos sabíamos quién era, pero no lo molestábamos, lo dejábamos tranquilo, a lo mejor por eso le gustaba venir aquí”.
Así como Kobe Bryant se ganó el respeto y la admiración de miles de fanáticos, quienes lo trataron de cerca señalan que siempre mantuvo los pies sobre la tierra y lo demostró con ejemplos de humildad.
“[Era] muy sencillo. Siempre nos decía ‘trátenme como un cliente más y no como una estrella. Yo quiero ser un cliente más’”, cuenta Rodolfo García, quien también conoció a Bryant en persona.
