Una alianza de grupos empresariales del condado de Los Ángeles pidió este jueves a los funcionarios de salud que abandonen los planes para un mandato universal de uso de tapabocas en sitios cerrados por el COVID-19, diciendo que la medida sería "mano dura" y una carga para las empresas que se verán obligadas a hacer cumplir la regla.
"Este no es un debate sobre elegir entre vidas y medios de subsistencia", dijo Tracy Hernandez, CEO fundadora de Los Angeles County Business Federation, o BizFed, en un comunicado.
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“Esta es una discusión sobre educar y capacitar a los angelinos para que tomen decisiones inteligentes sobre la protección de su salud, la de nuestros trabajadores y la capacidad colectiva de la región para sortear esta última ola de infecciones. Podemos hacerlo mejor que un mandato de mano dura en esta etapa de recuperación pandémica y recalibración endémica”.
El condado está en camino de volver a imponer un mandato de uso de cubrebocas en interiores el 29 de julio, en función del nivel elevado de transmisión actual del virus y el aumento del número de hospitalizaciones.
La semana pasada, el condado ingresó al nivel "alto" de actividad del virus según lo definido por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU.
Docenas de condados en todo el estado también se han movido a la categoría de "alta transmisión", pero Los Ángeles es el único que ha anunciado planes para restablecer el mandato de tapabocas.
La directora de salud pública del condado, Barbara Ferrer, ha defendido repetidamente la medida, calificándola de una forma simple pero efectiva de frenar la transmisión del virus y evitar que los hospitales se sobrecarguen.
Sin embargo, algunos críticos han cuestionado la necesidad de un mandato, sugiriendo, en cambio, que una llamada voluntaria crearía conciencia sobre la propagación del virus y alentaría a las personas a tomar sus propias decisiones sin imponer una carga de cumplimiento a las pequeñas empresas.
En un comunicado el jueves, BizFed expresó su apoyo a una regla voluntaria, que ya está en vigor, pero dijo que obligar a las empresas a hacer cumplir un mandato "obstaculizará la recuperación económica, confundirá a los residentes cansados de COVID y erosionará aún más la confianza pública en los órganos de gobierno". ''
La supervisora del condado de Los Ángeles, Kathryn Barger, instó la semana pasada a Ferrer a realizar un amplio alcance a las empresas para discutir los planes para la regla de cubrebocas y los posibles impactos de la regulación, particularmente porque los condados circundantes no impondrán un mandato. Ferrer dijo que tales esfuerzos ya estaban en marcha.
"Nuestra esperanza es que la gente siga adelante y haga todo lo posible para cumplir", dijo Ferrer durante una conferencia de prensa la semana pasada. Agregó que no habrá exenciones para negocios como gimnasios o estudios de yoga.
“La propagación es súper alta en todas partes. Tenemos montones de brotes, por lo que vamos a pedir que todos sigan adelante con el uso de máscaras en interiores”.
Los cubrebocas ya son obligatorios en algunos espacios interiores: instalaciones de atención médica, centros de tránsito, vehículos de tránsito, aeropuertos, instalaciones correccionales y refugios.
Un mandato universal extendería el requisito a todos los espacios públicos interiores, incluidos los espacios de oficinas compartidos, las instalaciones de fabricación, las tiendas minoristas, los eventos en interiores, los restaurantes y bares en interiores y las escuelas.
Hernández dijo que la regla pondrá a las empresas del condado de Los Ángeles en una desventaja competitiva.
“Los impactos económicos de la pandemia deben monitorearse junto con los impactos sociales y de salud pública'', dijo. “
Es posible proteger a las personas, los trabajos y nuestro sentido de comunidad comprometiéndose en lugar de torcer el brazo''.
BizFed es una alianza de aproximadamente 215 organizaciones empresariales. Los organizadores dicen que el grupo abarca 410,000 trabajadores con 5 millones de empleados en todo el condado.
