Gabriel Fernández

Dictan sentencia en caso de Gabriel Fernández

El pequeño murió a causa de los maltratos que recibió de su madre y padrastro.

Isauro Aguirre y Pearl Sinthia Fernández escucharon su sentencia sin mostrar removimiento alguno. Aguirre sentenció la pena de muerte

Este jueves un juez de la Corte Superior de Los Ángeles dictó sentencia contra  un hombre y una mujer de Palmdale declarados culpables de asesinar a su hijo de 8 años, quien fue golpeado rutinariamente, obligado a pasar hambre, forzado a dormir en un armario y torturado hasta su muerte en 2013.

Isauro Aguirre, de 37 años, fue condenado a muerte, mientras que Pearl Sinthia Fernández, de 34, fue condenada a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

Ambos comparecieron ante el juez de la Corte Superior George G. Lomeli en un tribunal del centro de Los Ángeles en relación con el asesinato, en mayo de 2013, de Gabriel Fernández.

Los miembros del jurado recomendaron el pasado 13 de diciembre que Aguirre fuera sentenciado a muerte después de haberlo condenado por homicidio en primer grado y por la circunstancia especial de asesinato que involucra infligir tortura.

Fernández se declaró culpable el 15 de febrero de homicidio en primer grado y admitió la tortura por alegato de circunstancia especial a cambio de una cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Enfrentaba una posible sentencia de muerte si el caso contra ella había ido a juicio y si había condena por los cargos.

La familia del niño fue consultada sobre el alegato de Fernández y “todos los miembros de la familia apoyaron la decisión de hoy'', dijo el vicefiscal de distrito Jon Hatami a los periodistas después de la audiencia en febrero.

El pequeño Gabriel Fernández murió en 2013 después de ser repetidamente torturado, forzado a dormir en un gabinete, y baleado con una pistola de aire. Su madre y el novio de esta fueron acusados de asesinato del niño de 8 años, como también 4 trabajadores sociales del condado de Los Ángeles. Finalmente hay una sentencia.
Finalmente, la Corte Superior de Los Ángeles dictó cadena perpetua contra Pearl Sinthia Fernández, una mujer de Palmdale, quien asesinó a su hijo de 8 años.
Isauro Aguirre, de 37 años y novio de la mujer, recibió sentencia de pena de muerte. Según los testigos, el hombre no mostró remordimiento por lo que hizo contra el pequeño niño.
El juez de la Corte Superior George G. Lomeli fue que dio la sentencia en un tribunal del centro de Los Ángeles. El niño fue sometido a torturas crueles que le ocasionaron sufrimiento y la muerte.
Con la apariencia física cambiada, y portando un chaleco antibala y esposada, la madre del pequeño Gabriel Fernández se había declarado culpable de un cargo de homicidio.
Se esperaba que bajo este acuerdo de culpabilidad, Pearl Sinthia Fernandez, la madre de Gabriel, recibiera una fuerte condena por el asesinato de su hijo.
De esta manera no enfrentará le pena de muerte, lo que ha sido recomendado en el caso de su novio.
La mujer de 34 años también admitió culpabilidad de una acusación de circunstancia especial lo que involucraba tortura. La sentencia oficial está programada para el 7 de junio.
El entonces novio de Fernández, Isauro Aguirre, fue declarado culpable de asesinato en primer grado en noviembre del año pasado.
El jurado recomendó la pena de muerte para Aguirre. La sentencia oficial está programada para el 8 de marzo.
A continuación hacemos un repaso del brutal asesinato del pequeño Gabriel, el caso que conmocionó al país y creó nuevas regulaciones para el bienestar de niños en el condado de Los Ángeles.
Gabriel Fernández falleció el 24 de mayo del 2013 en el Children’s Hospital de Los Ángeles. El niño estaba cubierto de golpes, quemaduras, y lesiones cuando llegó al hospital.
La madre del niño, y su entonces novio, de 37 años, fueron acusados de asesinato el 28 de mayo del mismo año.
Cuatro trabajadores sociales del condado de Los Ángeles fueron acusados de abuso infantil y falsificación de registros públicos en la muerte de Gabriel. Según los fiscales, los trabajadores sociales mostraron "indiferencia deliberada" por el bienestar de Gabriel el 7 de abril del 2016.
El juicio en contra de Isauro Aguirre, el novio de Pearl, por cargos de tortura termino en noviembre 2017. Durante este juicio el fiscal del condado comparó el abuso con lo que sufre un prisionero de guerra. "Gabriel estaba tirado en el piso con la sangre saliendo de su boca. No tenía pulso, ni latidos del corazón, y no estaba respirando", dijo el fiscal Jonathan Hatami. "Y, lo último que vio fue al acusado (Isauro) parado sobre él, golpeándolo y pateándolo, llamándolo gay, hasta la muerte”.
"Créanlo, porque sucedió. Esto fue un asesinato intencional por tortura", dijo al jurado. "No regresen a la sala del jurado y busquen excusas para el acusado... esto no tenía nada que ver con las drogas... esto no tenía nada que ver con problemas de salud mental”.
El fiscal también alegó que el acusado de 6 pies, 2 pulgadas, 270 libras golpeó y pateó a Gabriel lo suficientemente fuerte, como para abollar las paredes del apartamento de la familia, y dejar inconsciente al niño de 8 años, luego, con la ayuda de la madre del niño, escondió algo de la ropa ensangrentada del niño y movió una imagen para tapar partes ensangrentadas antes de llamar al 911.
"El acusado tomó todo de Gabriel, le arrebató toda su vida". Recordando fotografías que se mostraron durante el juicio, Hatami dijo que Gabriel fue "herido de pies a cabeza". "Hay demonio en esta habitación, en este momento", afirmó Hatami mientras señalaba a Aguirre. "Y está justo allí".
Hatami dijo que en los meses previos a la muerte del niño, este estaba “muriendo de hambre, fue golpeado y pateado, abusado... fue menospreciado, intimidado y llamado gay. Sus dientes fueron cercenados. Él estaba atado todas las noches en una caja ... Gabriel se estaba muriendo''.
El fiscal mostró una imagen de Aguirre durmiendo en una cómoda cama casi todas las noches mientras, en la misma habitación, Gabriel estaba atado y amordazado dentro de un pequeño gabinete con un "calcetín en la boca, un cordón en sus manos, un pañuelo sobre su cara '' y sus tobillos esposados.
El abogado defensor alegó que la madre de Gabriel fue quien golpeó al niño con un cinturón, le disparó con una pistola de aire comprimido, lo obligó a comer heces de gato y fue responsable durante gran parte del abuso antes de su muerte. La fiscalía alega que "Gabriel era un niño más amable, un niño más dulce (que su hermano) y el acusado lo odiaba por eso... creía que Gabriel era homosexual ", Hatami dijo.
"Esta situación estresante y la ira que alegan es una mentira... porque no es apoyado por la evidencia. Al acusado le gustaba torturar a Gabriel… es un asesino y un torturador '', agregó el fiscal.
Durante el juicio, el jurado escuchó el testimonio de un médico forense superior que tardó dos días en terminar la autopsia de Gabriel, y se le dijo al jurado que el niño sufrió numerosas lesiones de la cabeza a los pies y que ocho balas de aire comprimido fueron extraídas del cuerpo del menor.
Hatami recordó el testimonio acerca de una excusa médica para explicar el problema de Gabriel sobre sus ausencias a la escuela, que supuestamente fue forjada por Aguirre y Fernández. El fiscal dijo que la documentación, junto con la pareja, le hizo saber a la escuela que el niño se había mudado a Texas y eso era evidencia de su sofisticación y premeditación.
El abogado de la defensa Michael Sklar trató de mostrar a los jurados que “la evidencia en este caso requiere que ustedes encuentren a Aguirre culpable de asesinato en segundo grado, no asesinato en primer grado". “Reconozco lo difícil que será dejar a un lado su horror total”, dijo, mientras le pedía al panel que considerara la evidencia “clara, concienzuda y desapasionada''.
Sklar reconoció "actos indebidos de abuso durante un período” por su cliente, pero instó al panel a centrarse solo en la noche del 22 de mayo de 2013, cuando Aguirre y Fernández supuestamente le dieron a Gabriel la paliza que causó su muerte. Aguirre presuntamente estaba enojado porque Gabriel le había pedido a su madre que se alejara de Aguirre y luego negó decirlo, llamando a su madre mentirosa frente a Aguirre, dijo el abogado defensor.
En su refutación, Hatami dijo: …“Hubo cientos de heridas en Gabriel y cada una cuenta una historia... esto no fue un día. Si esto es segundo grado de asesinato, ¿qué es un asesinato en primer grado entonces? ''. Lo declaró un caso de asesinato y tortura en primer grado “más allá de toda duda”, para luego enumerar a todos los que dijo que no habían podido ayudar a Gabriel.
“Los trabajadores sociales tuvieron una oportunidad. Los funcionarios de la escuela tuvieron una oportunidad. Los diputados tuvieron una oportunidad'', dijo Hatami al jurado. "Ahora depende de ti". ¿Qué vas a hacer? Justicia para Gabriel''.
El abogado defensor mostró también un video de Aguirre siendo entrevistado por detectives tras la muerte del pequeño el 22 de mayo del 2013. En el video se le ve llorando y mostrando remordimiento.
La defensa reconoció que su cliente abusó físicamente del niño… pero consideran que su muerte fue accidental.
La fiscalía también mostró fotos de algunos objetos de Aguirre que calificaron de "instrumentos para torturar".
Semanas atrás durante el juicio, Ezequiel Fernandez contó al jurado de la tortura que sufrió su hermano Gabriel de 8 años, a manos supuestamente de Aguirre y la madre del pequeño.
Ezquiel y su hermana hicieron declaraciones, al igual que una enfermera, quien habló detalladamente de las heridas que el niño presentaba. La hermana del niño testificó que Aguirre le disparó a su hermano menor con una pistola de aire comprimido y lo metió en un armario que tenía esposas para que no pudiera salir.
La enfermera dijo que el niño estaba en un estado tan grave que no lo podían mover para examinar las heridas que tenía.
Durante el testimonio de la hermana del niño no se permitieron cámaras. La pequeña que tenía 11 años cuando murió el niño, relató como su hermano era castigado, obligado a comer comida dañada, y hasta excremento de gato.
El hermano de Gabriel, Ezequiel, que ahora tiene 16 años, también habló ante el juez, y dijo que había sido amenazado con el mismo castigo, si delataba a Aguirre o a su madre.
El abuelo materno del niño, describió al niño como "como un hijo" y dijo que él y su esposa prácticamente habían criado al niño antes que su hija y Aguirre se llevaran al niño a vivir con ellos.
Robert Fernández lloró cuando recordó haberle prometido al niño que podría volver a casa y vivir con sus abuelos luego de que se completara una investigación del Departamento de Servicios para Niños y Familias del condado.
Durante su declaración de apertura el mes pasado, Hatami le dijo al jurado que el chico fue golpeado y sistemáticamente torturado porque Aguirre creía que el niño era homosexual.
Dos trabajadoras sociales del Condado de Los Angeles, Stefanie Rodriguez y Patricia Clement, y los supervisores Kevin Bom y Gregory Merritt fueron acusados ​​el año pasado de un delito grave de abuso infantil y falsificación de registros públicos en relación con el caso.
En el juicio la maestra, Jennifer García, testificó que dejó de enviar notas a la casa del niño sobre preocupaciones de comportamiento porque le preocupaba que estaban causando que fuera lastimado. También dijo que notó que tenía "varios moretones en diferentes etapas de curación" después de que regresó de estar ausente de la escuela. La madre del niño (en la foto), será enjuiciada por separado. Su próximo día en corte es el 6 de diciembre.
En los argumentos finales en el juicio contra Isauro Aguirre, la fiscalía presentó esta nota que habría escrito Gabriel Fernández de su puño y letra, la cual dice "Te amo tanto mamá que voy a quitarme la vida".
El vicefiscal de distrito Jonathan Hatami comenzó su discusión final mostrando una foto del cuerpo maltratado de Gabriel acostado en una mesa de autopsia cubierto de lesiones de pies a cabeza, como evidencia de la intención de Aguirre de matar al chico.
El jurado lo declaró culpable de asesinato en primer grado y del cargo de asesinato que implicaba infligir tortura. Tras más de 4 años de un largo proceso legal los fiscales no contuvieron su emoción y lloraron al oir el veredicto.
El jurado conformado por 7 mujeres y 5 hombres había deliberado desde el lunes. Tras poco más de 5 horas llegaron a la decisión descrita.
Aguirre salió de la sala de inmediato al escuchar la decisión,
El vicefiscal de distrito Jonathan Hatami visiblemente emocionado afirmó que él también es padre y pudo imaginarse el dolor de la familia por todo lo que ocurrió.
A la salida de la corte la madre de Aguirre le dijo a Telemundo 52 su reacción: "Lo amo y lo quiero. Siempre voy a estar con él hasta el final, como su madre. Pronto ustedes se van a llevar buenas sorpresas". La señora ni dio detalles de a qué se refería y agregó que el fiscal del caso "se ensañó contra él, dijo que todo fue premeditado...¿cómo él conoce los pensamientos de cada quien?". Indicó que su hijo no pudo defenderse como merecía por falta de dinero.
Pero no todo termina aquí porque ahora le espera la fase de sentencia, desde el 27 de noviembre, en la cual la fiscalía pedirá para Aguirre la pena de muerte, la misma condena que esperan ejecutar contra la madre del menor, cuyo juicio comenzará en diciembre. A continuación una recopilación de los detalles de este juicio.
Los miembros del jurado en el caso contra Isauro Aguirre, el hombre de Los Ángeles culpable de asesinar al hijo de su entonces novia,
Esta vez decidirán si Aguirre, de 37 años, es merecedor de la pena de muerte.
El jurado decidió el 15 de noviembre que el hombre era culpable de asesinato de primer grado con el agravante de haber implementado métodos de tortura.
La fase de sentencia empezó el 27 de noviembre, en la cual la fiscalía pedirá la pena de muerte para Aguirre, la misma condena que esperan ejecutar contra la madre del menor, cuyo juicio comenzará en diciembre. A continuación una recopilación de los detalles de este caso.
La defensa del hombre declarado culpable por matar a su hijastro de 8 años, hizo un intento más el 20 de noviembre para posiblemente salvarle la vida a Isauro Aguirre.
El jurado declaró culpable de asesinato en primer grado a Isauro Aguirre el 15 de noviembre.
La defensa de Aguirre pidió el lunes, 20 de noviembre, que el juicio fuera anulado y que el fiscal principal se recusara.
El abogado de Aguirre, John Alan, argumentó que las declaraciones hechas a los medios por el fiscal del distrito, Jonathan Hatami, tras el veredicto del miércoles, 8 de noviembre, eran evidencia de un conflicto que no permitió un juicio justo.
Alan dijo que el fiscal Hatami fue incapaz de ser “imparcial” en su trabajo y que esto fue evidente en las diversas declaraciones que hizo a los medios hablando sobre su propia experiencia como víctima de abuso infantil, según City News Service.
El juez de la Corte Superior de Los Ángeles George Lomeli negó la moción, diciendo que la mayor parte de lo que Hatami dijo fuera de la corte ya se había dicho durante el juicio y que el jurado había recibido instrucciones de no ver la cobertura pública del caso.
El jurado designado para el juicio contra Isauro Aguirre decidió la aplicación de la pena capital por el homicidio del pequeño Gabriel Fernández.
El jurado decidió el 15 de noviembre que Isauro Aguirre era culpable de asesinato de primer grado con el agravante de haber implementado métodos de tortura.
Tras semanas de deliberaciones, el jurado compuesto por 7 mujeres y 5 hombres llegó a la conclusión unánime que Aguirre era merecedor de la condena.
El jurado escucho varios testimonios que terminaron oficialmente el lunes, 11 de diciembre.
Tuvieron el martes, 12 de diciembre, para reflectar sobre todo lo que habían escuchado y anunciaron su recomendación el miércoles, 13 de diciembre.

El fiscal dijo que estaba “aliviado por los miembros de la familia”, en particular los hermanos y las hermanas mayores del muchacho, quienes ofrecieron un emotivo testimonio en el juicio de Aguirre sobre el abuso sufrido por su hermano menor.

La prima del niño, Emily Carranza, dijo que también se sintió aliviada por la declaración, que evita que los familiares tengan que pasar por un segundo juicio debido a la muerte del niño.

“No tenemos que pasar por una segunda vez. No creo que nadie tenga que pasar por eso otra vez, ver esas fotos para ver lo que le hicieron a él”, dijo Carranza a los periodistas, señalando que estaba ''de acuerdo'' con la decisión de la Fiscalía de Distrito de seguir adelante con la súplica “porque sé que nunca va a salir y sé que nunca podrá lastimar a otro niño”.

“No la odio como persona. Como miembro de la familia, odio sus acciones y odio lo que ella ha hecho. Soy una persona que va a la iglesia, así que no odio a nadie, pero odio el crimen que cometió”, dijo la prima del niño.

La maestra de primer grado del niño, Jennifer García, quien llamó a las autoridades para informar que el niño le había preguntado si era normal que una madre golpeara a sus hijos con un cinturón, también se encontraba entre los que asistieron a la audiencia.

“Se mueve hacia adelante y hacia atrás, el péndulo de la tristeza y el enojo”, dijo. “Hoy me sentí más del lado del enojo y sentí que ella obtuvo lo que se merecía. Por supuesto, ella merece algo peor. Ella definitivamente merece algo peor, pero en cuanto a lo que somos capaces de ofrecer legalmente, siento que ella lo consiguió”.

Ella dijo que recordó a Fernández diciéndole de la nada “no le pego a mis hijos”, cuando discutían sobre el niño en una conferencia de padres y maestros.

“Sabía en mi corazón que estaba haciendo lo que dijo que estaba haciendo", dijo la maestra. “Tengo una gran carga emocional de eso. Él siempre estará en mis pensamientos y en mi mente”.

Durante su testimonio en el juicio de Aguirre, García dijo que le correspondía a ella explicar a los compañeros del muchacho en la Escuela Primaria Summerwind en Palmdale que no regresaría a clase porque había muerto.

El personal del Departamento de Bomberos del Condado de Los Ángeles fue enviado el 22 de mayo de 2013 a una casa en la cuadra 200 al este de la Avenida Q-10 en respuesta a una llamada en que informaron que el niño no estaba respirando. Fue declarado con muerte cerebral ese mismo día pero no se le retiró el soporte vital hasta dos días después.

Durante el juicio de Aguirre, los fiscales le dijeron al jurado que Gabriel Fernández era golpeado rutinariamente, disparado con una pistola BB, obligado a comer heces de gato y dormir dentro de un pequeño gabinete mientras estaba amordazado y atado.

Hatami calificó a Aguirre como un hombre “malvado” que “le gustaba torturar” al niño y lo hizo sistemáticamente en los meses previos a la muerte del niño. Aguirre odiaba a Gabriel porque pensaba que el chico era homosexual, según el fiscal.

Uno de los abogados de Aguirre, Michael Sklar, afirmó que fue Fernández quien golpeó al niño con un cinturón, le disparó con una pistola de aire comprimido y fue responsable de gran parte del abuso antes de su muerte.

“Creo que ambos se apuntaron con los dedos, lo que a veces sucede en los casos de coacusados”, respondió Hatami después de la declaración de Fernández. “La evidencia mostró y nuestra oficina creía que ambos eran igualmente culpables en el caso, y creo que la evidencia lo mostró”.

La muerte del niño y los arrestos de Fernández y Aguirre provocaron una protesta sobre el manejo del caso por parte de los trabajadores sociales del condado de Los Ángeles, quienes tuvieron múltiples contactos con la familia.

Una investigación posterior dio lugar a cargos penales contra dos ex trabajadoras sociales, Stefanie Rodríguez y Patricia Clement, y sus supervisores, Kevin Bom y Gregory Merritt. Están a la espera de un juicio por un cargo de delito mayor, cada uno de abuso infantil y falsificación de registros públicos en relación con el caso del niño.

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