Los vendedores ambulantes ubicados en el área de la estación del Metro Westlake/MacArthur Park ya no podrán continuar utilizando esa zona para sus labores comerciales.
Muchos de estos comerciantes informales han estado en este sitio por varios años, tras la creación de un mercado comunitario. Sin embargo, las autoridades municipales alegan que la decisión se debe a la pandemia del COVID-19 que ha azotado fuertemente la zona.
La policía llegó hasta el área el jueves para informarles que debían irse de la propiedad del Metro.
“Tenemos que trabajar. Es nuestra única fuente de trabajo, No tenemos otras alternativas”, dijo Yadira Lopez, vendedora en el mercado comunitario.
Las autoridades creen que, si mejora la crisis, podrían presentarse opciones para los vendedores. Pero ellos están dispuestos hasta comenzar una huelga de hambre para permanecer en el lugar.
“Una de las opciones que tenemos es ocupar [el lugar], independientemente de que nos arresten”, dijo Juan Rodriguez, de la Unión Popular de Vendedores.
La decisión de las autoridades municipales se basa en las cifras de la pandemia en el área. Aseguran que, en la zona de Westlake, han muerto 140 residentes por COVID-19 y más de dos mil se han infectado con el coronavirus.
Las autoridades quieren que los vendedores sean entrenados en las normas de distanciamiento social, partiendo por establecer marcas en el suelo para los clientes.
Los vendedores alegan que ellos limpian las calles dos veces por semana y que siguen las regulaciones, a diferencia de otros vendedores en la zona.
“No les dicen nada, y ellos están bien juntos y nosotros separados”, señala Amilcar Reyes, refiriéndose a los otros vendedores en el área.
El condado de Los Ángeles aprobó el miércoles fondos de emergencia para ayudar financieramente a los vendedores ambulantes. Sin embargo, ellos no saben si califican o cuando les llegara esa asistencia.
El grupo decidió regresar el viernes en la mañana, pese a las advertencias.
“Si es delito trabajar y ganar [dinero] para que nuestros hijos coman, que nos lleven. Que nos ;;even a todos”, dijo Olivia Camacho, una de las vendedoras ambulantes.
