El Concejo Municipal de Long Beach está considerando modificar algunas de las regulaciones que deben obedecer los dueños de las denominadas loncheras, posiblemente limitando el número de negocios rodantes y estableciendo nuevas reglas para poder vender su comida.
A pedido de los dueños de restaurantes, el Concejo Municipal discutirá un estudio solicitado en el 2020, el cual analiza si los negocios de comida rodantes afectan establecimientos físicos en determinadas zonas.
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Los dueños de las denominadas loncheras están en la mira del concejo de la ciudad, y ha pedido de la ciudad, una firma consultora presentó hoy un informe para modificar el código municipal que regula a los vendedores de comida rodantes tras múltiples quejas del sector restaurantero.
“También estamos haciendo compras internas dentro de acá como que nos quieran quitar”, dijo Hugo Jiménez, dueño de lonchera.
Jiménez es uno de los vendedores de comida rodantes que podrían verse afectados.
Entre las nuevas regulaciones consideradas, están que los dueños de loncheras obtengan un permiso del Departamento de Salud en Long Beach para poder operar legalmente. Actualmente, solo requieren el del condado de Los Ángeles.
“Es un pago más que tenemos que sufrir, pero si son condiciones que tiene que poner la ciudad, todos tenemos que atenernos a las consecuencias, tenemos que estar en regla”, dijo Jiménez.
Otra de las modificaciones, podrían incluir proteger a negocios que pagan renta, impuestos y servicios de utilidad, como es el caso del centro comercial Pike sobre la calle Shoreline Drive, donde dueños de restaurantes alegan que las loncheras les están robando la clientela.
“Lo que le hemos pedido al Concejo Municipal, es que regule donde se estacionan las loncheras que lo hagan a una o dos millas de un restaurante”, dijo Ciaran Gough, el presidente de la Asociación Restaurantera de Long Beach.
Los dueños de restaurantes se quejan de que las loncheras obstruyen hidrantes de incendios y de no pagar los parquímetros, además, de presuntamente no seguir la regulación que los obliga a estacionarse a 200 pies de un baño público.
“Tanto ellos, como nosotros, pagamos trabajadores, y también pagamos un permiso a la ciudad, y tanto ellos tienen derechos como nosotros, tenemos de estar acá”, dijo Jiménez.
Entre las modificaciones propuestas por la ciudad, estarían contratar a un coordinador del programa de loncheras y limitar donde pueden estacionar los negocios rodantes. Los dueños de estos ya han recolectado más de dos mil firmas en línea en apoyo a sus negocios que para muchos clientes son económicos y rápidos.
“Es muy difícil para nosotros ir a consumir a un restaurante [durante nuestro descanso que es de] quizás 40 minutos, [para ese entonces] el tiempo mi almuerzo se ha terminado”, señaló Adán Montes, cliente de loncheras.
Aunque el Concejo Municipal de Long Beach discutirá esta tarde las modificaciones sugeridas por el estudio, no será hasta principios del próximo año que la propuesta será sometida a votación.