Seguramente usted lo ha notado, los precios de platillos favoritos del verano como las hamburguesas y la carne asada se han disparado, debido entre otras cosas a la inflación y a la sequía que está afectando al ganado.
Pero los consumidores pudieran tener en sus manos opciones, para ayudar a bajar los precios.
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Los precios de la carne han subido entre 12 y más del 14% en el último año, mientras batallamos con la peor inflación de las últimas cuatro décadas.
Y por eso, la propietaria del restaurante Mi Tierra dice que tendrá que incrementar los precios de su menú nuevamente para compensar esa alza.
“Tendré que subir los precios, no queda de otra”, dijo Soledad Hernandez, dueña del restaurante Mi Tierra.
Y es que al comprar carne de res al por mayor está gastando mucho más que antes.
Antes lo que compraba con $500 ahora gasto $800/$900
La carne asada es uno de los platillos favoritos de los latinos y los expertos recomiendan precisamente dejar de comerla para ayudar a bajar los precios
Según los expertos, hay que escoger por otras opciones para sustituir la carne de res.
“Compra otros productos más baratos, compramos otras cosas que están más baratas”, dijo Ricardo Goinez.
Y mientras menos demanda de carne haya, los productores deberían subsecuentemente bajar sus precios.
Otra recomendación es ir a varios mercados y comprar solo donde la carne que esté a mejor precio, forzando a otros mercados y proveedores a ofrecer a dar precios más competitivos.