El hombre acusado de matar a una niña de 14 años después de supuestamente conducir bajo los efectos del alcohol ahora enfrenta un delito grave de asesinato en relación con la muerte de Newport Beach.
Joseph Alcázar, de 30 años, de Fontana, es un conductor condenado dos veces por DUI y fue encontrado conduciendo con un nivel de alcohol que duplicaba el límite legal.
La víctima fue identificada como Rosenda Elizabeth Smiley, de Rialto, de 14 años. Smiley, junto con otras tres personas, cruzaban East Balboa Boulevard contra la señal de no caminar. Un conductor se detuvo para dejarlas cruzar, pero Alcázar se fue alrededor del vehículo, golpeando a Smiley y el pie de una niña de 13 años.
"Estaban todos en la playa y decidieron que iban a comer pizza, y Rose, Alexa y Sarah corrieron hacia el auto para cambiarse la ropa mojada y así fue como sucedió", dijo Fillmore Smiley, el padre de la víctima mortal.
La familia Smiley, así como los amigos del joven adolescente, ahora están lidiando con su dolor.
"¿Por qué mi bebé? ¿Por qué mi pequeña niña, tan rápido? Lugar equivocado, momento equivocado, circunstancias equivocadas", dijo Fillmore a la estación hermana NBC4.
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El padre devastado dijo que su hija sabía lo que quería para su futuro. Sabía a qué universidades quería asistir, en qué año quería viajar y que quería pasar un semestre en el mar.
"Era precoz, terca, testaruda y luchadora", dijo Fillmore sobre Rosenda, "al mismo tiempo, cariñosa, afectuosa, apasionada, compasiva, talentosa y artística".
Alcázar se detuvo poco después de golpear a Smiley. La hija de 8 años del conductor y otro hombre estaban dentro del vehículo en el momento del mortal accidente.
"Una niña de 14 años que vivía el sueño de California y disfrutaba de un día de sol y arena en la playa con amigos para iniciar el comienzo del verano está muerta debido a la decisión egoísta de un extraño", dijo el fiscal de distrito del condado de Orange, Todd Spitzer.
“Un conductor ebrio reincidente no sólo le quitó la vida a una niña, sino que también puso en peligro la vida de su propia hija al ponerse al volante después de beber y la traumatizó a ella y a las otras jóvenes que lo presenciaron golpeando y matando a una adolescente.
Alcázar fue acusado de un delito grave de asesinato, un delito grave de conducir bajo la influencia del alcohol causando grandes lesiones corporales con dos condenas previas, un delito grave de conducir bajo la influencia del alcohol con un BAC de .08 o superior con dos condenas previas y un delito menor de poner en peligro intencionalmente a un menor.
El conductor enfrenta una sentencia máxima de 15 años a cadena perpetua más seis años si es declarado culpable por todos los cargos.